En tanto el gobierno de las Islas Falkland y el ministerio de defensa del Reino Unido anunciaban avances en solucionar el puente aéreo del Atlántico Sur, que vincula Gran Bretaña con las Islas, y que se viera obligado a desviarse por el mal estado de la pista en la isla Ascensión, eslabón fundamental de dicho vínculo, la prensa de Londres pintaba un panorama de catástrofe para otras islas del Atlántico, territorios de ultramar británicos, también dependientes de esas instalaciones.
El gobierno de St. Helena ha organizado un censo de población y hogares para el 7 de febrero con el propósito de hacerse de la mayor información posible previo a la apertura oficial del aeropuerto, de forma de contribuir al desarrollo de servicios tales como salud, educación y vivienda. También aspira a cumplir un relevamiento de todos los St. Helenos que viven en el exterior, varios cientos de ellos en las Falkland Islands (*).
El primer avión a aterrizar en el flamante aeropuerto de la isla de St Helena tendrá lugar en julio próximo, siete meses antes de la fecha de entrega de la obra. La isla de St Helena se encuentra en el medio del Atlántico y además de ser un territorio volcánico es famosa en la historia del mundo del momento que los británicos retuvieron a Napoleón preso ahí hasta su muerte.