En tanto el gobierno de las Islas Falkland y el ministerio de defensa del Reino Unido anunciaban avances en solucionar el puente aéreo del Atlántico Sur, que vincula Gran Bretaña con las Islas, y que se viera obligado a desviarse por el mal estado de la pista en la isla Ascensión, eslabón fundamental de dicho vínculo, la prensa de Londres pintaba un panorama de catástrofe para otras islas del Atlántico, territorios de ultramar británicos, también dependientes de esas instalaciones.
En efecto según esas informaciones la pista llena de cráteres ya no era segura, más bien peligrosa, y el ministerio de defensa británico decidió suspender vuelos y encomendar reparaciones y ajustes para operaciones de aviones de mayor porte, a partir del pasado 14 de abril.
Como consecuencia no sólo se afecto el puente aéreo con las Falklands, ahora por lo visto desviado a aeropuertos de Africa Occidental y en vías de normalizarse, sino que también a quienes viven y trabajan en la peque;a isla del Atlántico, a quienes esperaba conexiones desde ahí, sino también a St Helena, otro territorio insular de 4.000 residentes que viene de mal en peor.
Famosa por ser donde el gran Napoleón pasó sus últimos años y murió, St Helena esperaba incluirse al mundo con un aeropuerto a un costo de más de 300 millones de dólares del erario de Su Majestad, para explotar conectividad y turismo entre otros rubros.
Empero fue mal calculado y los vientos transversales lo hacen sumamente peligroso y por tanto su operatividad está en duda. Pero no solo eso, el único medio de comunicación con el mundo era un barco el RMS St Helena, que una vez por mes conectaba con Africa del Sur. En medio de la alegría y la esperanza del aeropuerto, se retiró el viejo mercante, que ahora debió ser restituido con urgencia. Pero por lo visto el barco tiene alguna pérdida en el casco y deberá ser sometido a un largo procedimiento de recuperación en un astillero. Castigo para los residentes de Ascensión y los habitantes de St Helena.
Como afirmara un ex ministro de desarrollo británico Lord Foulkes al referirse al tema dijo que la situación de Ascensión y St Helena era farsesca, en los límites de la tragedia.
La Fuerza Aérea británica, RAF, ha anunciado que limitará la población en Ascensión a un mínimo, pero eso no ha impedido que de acuerdo a la prensa de Londres cientos hayan quedado varados en dicho territorio, ya sea en su intención de volar al Reino Unido o a otros destinos, pues se cortaron vínculos por aire y por mar.
En tanto el gobierno de St Helena estaría a la búsqueda de otro transporte marítimo y de algún avión menor que aproveche las ventanas de operatibilidad que permiten los vientos laterales.