Los ciudadanos de la Unión Europea se decantaron masivamente por la derecha en las elecciones parlamentarias del domingo, asestando un duro golpe a administraciones progresistas como las de Bélgica y Francia, lo que provocó la dimisión del Primer Ministro Alexander De Croo y la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones anticipadas por parte del Presidente Emmanuel Macron, respectivamente.