Parecía indudable que, a partir del 10 de enero, Venezuela iba a experimentar una alta incertidumbre. Nicolás Maduro juramentó la presidencia para el período de gobierno 2019-2015 frente al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), cuando la constitución de ese país dicta que es frente al Parlamento que el presidente debe presentar la toma de posesión. Tanto la comunidad internacional como la Asamblea Nacional (AN), de mayoría opositora y declarada en desacato por el TSJ, tachan a Maduro de usurpador. La ilegitimidad del mandatario es discutida a nivel global y se reconoce a Juan Guaidó como presidente interino de la República.
Durante la conferencia titulada “El desafío democrático frente a las autocracias del siglo XXI en América Latina”, organizada por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) este martes en la sede del Senado de Uruguay, se calificó de “dictadura” al Gobierno de Venezuela y se exhortó a que los gobiernos democráticos de la región, en especial al Gobierno uruguayo, no sean indiferentes ni “cómplices” frente a los Gobiernos autocráticos de América Latina.
La inmigración hacia Uruguay, Argentina y Chile se ha disparado exponencialmente en los últimos años. Se está recibiendo una cantidad de solicitudes diarias de refugio “sin precedentes” en el país austral; así lo declaró la directora de DD.HH. y Derecho Humanitario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, Dianela Pi, quien explicó a MercoPress que “Hay actos de discriminación y xenofobia que están surgiendo en Uruguay” a raíz del fenómeno migratorio. Esta oleada viene sobre todo por parte de ciudadanos de origen venezolano.
Cerca del mediodía, este domingo 20 de mayo fueron concentrándose, poco a poco, venezolanos radicados en Uruguay frente a la embajada de Venezuela en Montevideo para protestar en contra de lo que consideran unas elecciones “injustas y fraudulentas”. La sede diplomática, donde se instaló una mesa electoral donde unos 405 venezolanos residentes en Uruguay estarían habilitados por el registro electoral, fue cercada con vallas policiales por temor a ataques violentos.