A pesar de su renuencia a recurrir a los mismos mecanismos constitucionales adoptados por la administración de Sebastián Piñera, el Gobierno chileno del presidente de izquierda Gabriel Boric Font anunció este miércoles un estado de excepción para hacer frente a la violencia en las zonas indígenas del sur.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció la apertura de “un nuevo ciclo” en la relación con los pueblos indígenas de su país, con el objetivo de “saldar la deuda histórica” que el Estado tiene con ellos. Chile ha sido reiteradamente observado en foros internacionales a propósito de sus relaciones con los pueblos aborígenes.
Chile rechazó recomendaciones de Estados Unidos, Alemania y Cuba para proteger a sus indígenas en el marco de su legislación antiterrorista, según un documento presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU este jueves en Ginebra.