El gobierno del conservador de Jair Bolsonaro congeló el programa social Bolsa Familia, emblema de la reducción de la miseria durante la gestión de Lula da Silva y prohibió el ingreso de nuevos beneficiarios en momentos en que la pobreza en Brasil va en aumento.
El último reajuste del 10% anunciado por la presidenta Dilma Rousseff para la Bolsa de Familia se estima tendrá un impacto fiscal de 3.600 millones de Reales (unos 1.600 millones de dólares), exigiendo aún más las esquilmadas finanzas públicas anticipando desde ya que el próximo gobierno deberá subir impuestos, recortar el gasto y eliminar exenciones.