Las graves denuncias contra Dilma Rousseff y su antecesor Lula da Silva hechas por el senador oficialista Delcidio Amaral cayeron como una bomba en el Gobierno brasileño, que planea una estrategia para salvar el mandato de la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT).
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, comenzó a mover fichas en el gobierno de cara a la reforma ministerial prevista a ser anunciada en los próximos días y anticipó este jueves la salida del titular de Educación, Renato Janine Ribeiro.
Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil autorizó la apertura de una investigación al ministro de la Presidencia, Aloizio Mercadante, así como al senador Aloysio Nunes, del principal partido de la oposición, por supuestas irregularidades en financiación electoral.
Los ministros más próximos son investigados por el supuesto uso electoral de recursos desviados del esquema de corrupción en la estatal Petrobras, informó este domingo la prensa local.
El gobierno brasileño calcula que la corrupción en la estatal Petrobras ha tenido un impacto negativo en la economía equivalente a un 1% del PIB, afirmó el ministro de la Presidencia, Aloizio Mercadante.
La presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, anunció que reforzará su equipo económico de campaña con miras al balotaje del 26 de octubre, con el ingreso de su ministro de la Casa Civil (jefe de gabinete), Aloizio Mercadante.