Tal ha sucedido en recientes elecciones tanto en países desarrollados como en desarrollo la debacle de los encuestadores paraguayos en los comicios presidenciales del domingo 22 de abril se produjo porque anunciaron una derrota catastrófica del candidato liberal, Efraín Alegre, debido a la amplia aceptación del postulante colorado, Mario Abdo Benítez.
El presidente electo de Paraguay, Mario Abdo Benítez, confirmó que deberá lidiar con un Senado en el que no tendrá mayoría y, probablemente, maniobrar para que la oposición, unida, no vete las juras de los ex presidentes Nicanor Duarte Frutos y Horacio Cartes, cuestionados porque la Constitución les reserva bancas vitalicias pero sin voto.
La misión electoral de la OEA reprochó en sus conclusiones sobre los comicios del domingo celebrados en Paraguay, la baja representación de las mujeres en el ámbito sobre todo legislativo. Laura Chinchilla, ex presidente de Costa Rica y jefe de los observadores de OEA, entre otras cosas lamentó la baja participación de la mujeres como candidatas y recordó que Paraguay es uno de los países de la región con menor participación de mujeres en política.
En medio de un reducido entusiasmo del electorado, el hijo de un hombre fuerte de la última dictadura es el favorito para convertirse en presidente de Paraguay, según sondeos que auguran una cómoda victoria el domingo para los conservadores en el poder pero también una menor influencia en el Congreso.