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Pumas se alimentan de pingüinos en la costa argentina

Lunes, 29 de diciembre de 2025 - 10:36 UTC
Los pumas, habitualmente cazadores solitarios, ahora operan en grupos, dada la abundancia de pingüinos Los pumas, habitualmente cazadores solitarios, ahora operan en grupos, dada la abundancia de pingüinos

Un estudio reciente publicado en Proceedings of the Royal Society B documenta una interacción ecológica sin precedentes en Argentina: los pumas (Puma concolor) cazan pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) a lo largo de la costa patagónica como resultado directo de la intervención humana histórica.

Históricamente, los pingüinos anidaban principalmente en islas cercanas a la costa para evitar depredadores terrestres. Sin embargo, a principios del siglo XX, la expansión de la ganadería ovina provocó la caza masiva y la casi extinción de los pumas en las zonas costeras.

Con la desaparición de los pumas, los pingüinos comenzaron a colonizar la costa continental (como el Parque Nacional Monte León en la provincia de Santa Cruz) debido a la ausencia de grandes depredadores terrestres.

En el siglo XXI, los exitosos esfuerzos de reintroducción y protección de la fauna silvestre han permitido que el puma, conocido por ser un cazador solitario que depende de mamíferos como el guanaco (un pariente de la llama), regrese a las regiones costeras. Investigadores de Rewilding Argentina y universidades internacionales rastrearon 14 pumas con collares GPS entre 2019 y 2023.

Entre sus hallazgos se encuentra la mayor densidad de pumas cerca de colonias de pingüinos jamás registrada, aproximadamente el doble que en otras regiones. Además, la presencia de grandes cantidades de pingüinos en un mismo lugar provocó que estos felinos, normalmente solitarios, interactuaran entre sí con mayor frecuencia. Los pumas costeros se desplazan mucho menos y mantienen territorios más reducidos porque ya no necesitan recorrer largas distancias para cazar guanacos.

“Los pumas que consumen pingüinos interactúan más con otros pumas, ya que se encuentran en la colonia o sus alrededores, tienen territorios más reducidos y se desplazan menos, ya que no tienen que hacer largos viajes para encontrar a sus presas”, explicó Emiliano Donadio, director científico de Rewilding Argentina y coautor del estudio.

Los datos mostraron que las colonias de pingüinos no corrían ningún riesgo. De hecho, se encontraron estables e incluso en crecimiento. El impacto de los pumas aún no amenaza la supervivencia de la especie. Cuando los pingüinos migran lejos de la costa durante la temporada, los pumas simplemente regresan a su dieta tradicional de guanacos.

Mitchel Serota, autor principal del estudio, advirtió que, dado que pumas y guanacos son la pareja dominante depredador-presa en la Patagonia, este cambio hacia el consumo de pingüinos podría tener un “efecto dominó” en la vegetación y otros animales de la región.

El regreso del puma se considera un éxito para la conservación, lo que demuestra que el paisaje está recuperando a sus depredadores nativos, con nuevos comportamientos e interacciones que los científicos apenas comienzan a comprender.

“Los carnívoros se están reintroduciendo en un ecosistema que no necesariamente se asemeja al que los vio extinguirse localmente”, advirtió Jake Goheen, ecólogo de la Universidad Estatal de Iowa, quien no participó en la investigación.