Jerí se reunió en Lima con una delegación del FBI y expertos estadounidenses en seguridad Las autoridades peruanas autorizaron oficialmente el ingreso de personal militar estadounidense durante todo el año 2026 para realizar ejercicios conjuntos de entrenamiento, apoyo y asistencia en materia de seguridad con las fuerzas armadas y policiales locales, según se anunció este fin de semana en Lima.
La resolución, aprobada por el Congreso peruano, permite al personal militar estadounidense permanecer en el país sudamericano del 1 de enero al 31 de diciembre de 2026 y portar armas de combate durante su estancia.
El contingente estadounidense estará compuesto por grupos rotativos, con diferentes unidades que recorrerán el territorio peruano cada tres a seis meses para mantener una presencia constante.
Las unidades estadounidenses involucradas incluirán fuerzas especiales, equipos SEAL de la Marina, especialistas en asuntos civiles y personal de apoyo de inteligencia militar.
Por su parte, Perú afectará unidades especializadas del Ejército, el Comando Conjunto de Inteligencia y Operaciones Especiales (Cioec), las Fuerzas Navales de Operaciones Especiales (FOES), el Grupo de Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea (Grufe) y unidades especializadas de la Policía Nacional, como la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) y la Dirección Antidrogas (Dirandro).
La autorización fue publicada después de que el canciller peruano, Hugo de Zela, confirmara que el gobierno estadounidense del presidente Donald Trump había notificado al Congreso su intención de designar a Perú como Aliado Principal No OTAN.
De Zela afirmó que esta designación era un gesto político que reconocía a Perú como un socio confiable en seguridad y defensa. Se espera que la medida otorgue a las Fuerzas Armadas peruanas una posición privilegiada en materia de cooperación y acceso a instalaciones y beneficios militares dentro de la relación con Estados Unidos.
La decisión de permitir una presencia militar estadounidense sostenida refleja una clara alineación del gobierno peruano con los intereses de seguridad de Estados Unidos. En este contexto, el presidente peruano, José Jerí, se reunió en Lima con una delegación del FBI y expertos estadounidenses en seguridad como parte del proceso para desarrollar un nuevo plan nacional en la materia.
Si bien las autoridades peruanas justifican la medida basándose en los beneficios de la capacitación especializada y el apoyo logístico, algunos críticos han expresado su preocupación por la posibilidad de que la soberanía nacional se vea comprometida por este tipo de presencia extranjera.