Tras ser implicado en un informe de un medio argentino, el secretario antidrogas de Paraguay, Jalil Rachid, se ha distanciado públicamente, tanto él como su familia, de las acusaciones de vínculos financieros con los implicados en el atentado de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires.
Rachid afirmó que las acusaciones se derivan de una disputa familiar iniciada por su primo, David Fernández Rachid, quien, en palabras del funcionario, tiene demasiados problemas legales y financieros y enfrenta cargos por fraude, malversación de fondos y violencia doméstica. Los intentos de extorsión de su primo no prosperarán, insistió el titular de la Senad.
Asimismo, Rachid aclaró que nunca estuvo vinculado con la empresa financiera que aparece en informes de prensa recientes y que su carrera en el Ministerio Público es independiente, lo que le impide tener conocimiento de los movimientos financieros dentro de la firma. También sostuvo que el asunto era completamente distinto de su función profesional y que no tendría consecuencias para su puesto en la Secretaría.
Según el medio argentino Infobae, un equipo de investigación conjunto de Paraguay y Argentina descubrió un posible vínculo financiero entre destacados políticos paraguayos y personas investigadas por la causa AMIA.
Se encontraron documentos que sugieren vínculos financieros entre miembros de la influyente familia Rachid Lichi y Ali Hussein Abdallah, buscado por las autoridades argentinas en relación con el atentado a la AMIA.
Según se informa, estos documentos fueron entregados a la fiscalía argentina por David Fernández Lichi, miembro de la familia Rachid Lichi, quien los encontró durante una disputa por una herencia familiar.
Estos papeles, presuntamente de la firma SAFIO, propiedad de la familia Rachid Lichi, muestran transferencias a Abdallah por más de 12 millones de dólares estadounidenses entre 1989 y 2000, desde una cuenta bancaria perteneciente a Fohad Rachid Lichi, copropietario de SAFIO. Otra persona que enfrenta juicio en Argentina por presuntos vínculos con el atentado, el empresario libanés Hussein Mounir Mouzannar, también aparece en los documentos como cliente de la familia Rachid Lichi.
Jalil Rachid, hijo del exsenador Bader Rachid Lichi, siempre ha insistido en que no tenía conocimiento ni conexión con la empresa.
La familia Rachid Lichi ha ocupado altos cargos políticos en Paraguay. Además del senador Bader Rachid Lichi, también está la exministra de Relaciones Exteriores y embajadora Leila Rachid Lichi.