Las autoridades argentinas han reforzado las medidas de seguridad en la llamada Triple Frontera, que abarca Puerto Iguazú (Argentina), Foz do Iguaçú (Brasil) y Ciudad del Este (Paraguay), ante la preocupación por el posible ingreso de agentes iraníes, además de la presunta presencia de células durmientes de Hezbolá en el país.
La medida se produjo tras informes de inteligencia sobre la entrada al país de un funcionario iraní no registrado, en particular después de que se descubriera que el exvicepresidente iraní Shahram Dabiri había ingresado al país sin ser detectado con una visa de turista en marzo.
Se sabe que Foz do Iguaçú y Ciudad del Este albergan células durmientes de Hezbolá, presuntamente involucradas en actividades financieras ilícitas. Existe la preocupación de que los fondos recaudados de comerciantes vinculados al grupo se estén canalizando a Irán, disfrazados de ayuda humanitaria. La Triple Frontera ha sido históricamente un punto de acceso para individuos peligrosos, y se sospecha que los autores de los atentados de 1992 contra la Embajada de Israel y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires ingresaron por esta zona.
El conocido presunto tesorero de Hezbolá, Assad Ahmad Barakat, también operaba con libertad en la región antes de su arresto en 2018. En 2006, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos describió a Barakat como un terrorista global y lo incluyó en una lista de personas en la Triple Frontera que contribuyen a la financiación de Hezbolá, cuyos activos fueron congelados.
Ante esta situación, se están reorganizando los equipos argentinos de seguridad migratoria, con especial atención a la base internacional establecida en Puerto Iguazú, en colaboración con Brasil y Paraguay, con el apoyo del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos.
Asimismo, más de 300 agentes federales han sido desplegados en Bernardo de Irigoyen y se trasladarán progresivamente a Puerto Iguazú. Mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, implementó el Comando Unificado Guacurarí para coordinar los recursos de seguridad federales y provinciales, el ministro de Defensa, Luis Petri, firmó un acuerdo de cooperación militar con Paraguay para fortalecer la seguridad fronteriza y combatir el crimen organizado.
La preocupación también se extiende a la posible infiltración iraní en Latinoamérica, en particular en la frontera con Bolivia, dados los vínculos de ese país con Irán. El presidente de la AMIA, Osvaldo Armoza, ha enfatizado la necesidad de una respuesta regional firme ante estas amenazas.