Según un alto funcionario militar argentino citado por La Política Online de Buenos Aires, pero cuyo nombre no se reveló, la reciente adquisición a Dinamarca de cazas F-16 de segunda mano, fabricados en Estados Unidos, no incluyó ciertas características a petición del Reino Unido.
Lo que el ministro de Defensa, Luis Petri, definió como un hito estratégico, aparentemente conlleva limitaciones no reveladas, que restringen algunas de las capacidades de los aviones para evitar que representen una amenaza para las Islas Falkland.
En concreto, el radar de disparo del avión tendrá un alcance de 96 kilómetros, lo cual se considera significativo, ya que el equipo antiaéreo británico tiene un alcance de 322 a 482 kilómetros, lo que deja a los F-16 vulnerables si necesitan acercarse a menos de 96 kilómetros para un ataque efectivo. ”Si tienes que acercarte a menos de 96 kilómetros de Puerto Argentino (Stanley) para poder llevar a cabo un ataque efectivo, a esa distancia, los británicos ya te habrán detectado y derribado. Porque su equipo antiaéreo tiene un alcance de 322 a 482 kilómetros, declaró la fuente.
Si tienes portaaviones, la cosa cambia, porque tu punto cero siempre es la plataforma de lanzamiento del portaaviones, que puedes tener a 322 kilómetros de la costa. Pero ese no es nuestro caso, porque ya no tenemos portaaviones, añadió.
Si bien los F-16 no contienen componentes británicos, el Reino Unido, como miembro de la OTAN, junto con Dinamarca y Estados Unidos, ejerció su influencia para garantizar que estas limitaciones se implementaran mediante software, una práctica común en la industria armamentística. Los países pueden vetar las ventas basándose en acuerdos políticos o preocupaciones de seguridad. Por ejemplo, nosotros no podemos vender el Pampa 3 a Bolivia, que quería comprarlo, porque tiene un acuerdo con Irán, e Israel, que nos suministra piezas, nos veta venderlo a un país que tiene acuerdos con Irán”, explicó la fuente.
A pesar de estas restricciones, la embajadora danesa, Eva Bisgaard Pedersen, afirmó que los F-16 se estaban modernizando con tecnología de punta. La compra busca modernizar la Fuerza Aérea Argentina, que ha necesitado una modernización desde que dejó de usar sus aviones Dassault Mirage franceses en 2015. Pilotos y técnicos argentinos se encuentran actualmente en capacitación en Estados Unidos como preparación para la entrega de los primeros seis F-16.