A pesar de cierta coincidencia en temas climáticos, la visita de Estado del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a París este jueves estuvo marcada por las tensiones comerciales y los conflictos en Ucrania y Gaza. Lula instó al mandatario francés, Emmanuel Macron, a suscribir el acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE, enfatizándolo como una respuesta al creciente proteccionismo. Los agricultores franceses pidieron a Macron el miércoles que reiterara su firme rechazo.
En ese contexto, Macron insistió en su negativa alegando preocupaciones sobre el medio ambiente y la competencia desleal. Además, criticó la postura neutral de Lula sobre la guerra en Ucrania, afirmando que Rusia era el agresor y no debería recibir el mismo trato que Ucrania, e instando a Brasil a desempeñar un papel importante en la búsqueda de una solución.
Mi querido Macron, abra un poco su corazón a la posibilidad de concluir este acuerdo con nuestro estimado Mercosur, planteó Lula, comprometiéndose a no dejar la presidencia rotatoria del Mercosur sin la aprobación del acuerdo.
Macron respondió durante la conferencia de prensa conjunta que la redacción del documento debía mejorarse con cláusulas de reciprocidad que evitaran situaciones de competencia desleal. El acuerdo, en su estado actual, no es ni bueno para el medio ambiente ni justo para los agricultores de Francia y el resto de Europa.
Además, Macron señaló que, en Ucrania, hay un agresor: Rusia, y no se puede tratar a las dos partes beligerantes de forma equidistante.
Durante su estancia en Francia, Lula asistirá a la Cumbre de los Océanos en Niza, antes de la COP 30 en Belém.