Tras los anuncios de Buenos Aires sobre el levantamiento de las restricciones para cambiar pesos locales a dólares estadounidenses, los vecinos Uruguay y Paraguay se preparan para los tiempos que se avecinan. Ambos países prevén una creciente afluencia de viajeros argentinos que se beneficiarán del nuevo escenario, que en el caso de Paraguay también incluye un guaraní en retroceso frente al billete verde.
En Asunción, el presidente de la Asociación de Casas de Cambio de Paraguay, Emil Mendoza, espera que más argentinos crucen la frontera para realizar compras a precios más asequibles, mientras que el economista uruguayo Nazareno Sánchez, de CPA Ferrere, prevé un aumento en el número de viajeros por placer.
Además, Mendoza señaló que, si bien la economía argentina podría experimentar un dólar más barato, se espera que el guaraní paraguayo se sitúe en ₲ 8.200 por dólar para fin de año, desde ₲ 7.983,94 el martes. Factores como una caída del 17% en las exportaciones agrícolas (por ejemplo, soja) y el uso de ahorros en dólares por parte de los comerciantes aumentan la presión sobre el guaraní. No se prevé una devaluación del dólar a corto plazo, salvo intervenciones artificiales del Banco Central del Paraguay (BCP).
Tendremos un peso más valioso frente al dólar, lo que dará a los argentinos mayor poder adquisitivo, afirmó Mendoza. Vimos que [el presidente argentino Javier] Milei obtuvo créditos en el exterior; esto traerá más dólares a su economía y hará que esta moneda se devalúe. Siempre que mejore el poder adquisitivo, existirá la posibilidad de que la gente venga a nuestro mercado a comprar, señaló.
A partir de marzo, tuvimos una reducción del 17% en las exportaciones de productos agrícolas, y muchos comerciantes están recurriendo a sus ahorros en dólares, lo que ejerce una presión adicional sobre esta moneda, añadió.
La devaluación del tipo de cambio oficial por parte de Argentina lo acercó al blue (eufemismo para mercado negro), aliviando así las presiones cambiarias. Si bien esto podría provocar un aumento repentino de precios a corto plazo, no se prevé que altere las tendencias inflacionarias si se controlan las expectativas del mercado y los factores externos se mantienen estables.
Si bien los uruguayos se habían acostumbrado a comprar al otro lado de la frontera para aprovechar la amplia brecha cambiaria de Argentina, el nuevo contexto prácticamente descarta esa posibilidad. Sin embargo, podría impulsar la economía uruguaya mediante una mayor demanda de bienes y servicios, en particular el turismo, dada la proximidad entre ambos países, aunque es prematuro darlo por sentado.
La reciente flexibilización del cepo y del régimen cambiario representa un paso significativo dentro del plan de estabilización que atraviesa la economía argentina, declaró Sánchez a Montevideo Portal. La implementación de un nuevo sistema de bandas flotantes, si bien sigue siendo una variante del tipo de cambio administrado, alivia la presión sobre el BCRA [Banco Central de Argentina], ya que deja de defender un valor específico del tipo de cambio y permite que la cotización se mueva dentro de ciertos márgenes establecidos, añadió.
Uno de los principales factores que explicaban por qué Argentina era relativamente más barata era la amplia brecha entre el dólar oficial y el dólar paralelo, mencionó también. Muchos precios en Argentina se fijaban según el tipo de cambio oficial, mientras que los turistas podían acceder a divisas a través del mercado paralelo a un valor mucho más conveniente. Dado que esta brecha se redujo debido al efecto de la devaluación, los uruguayos ya no se beneficiarán de ella, explicó. Sin embargo, dada la proximidad entre ambos países, cualquier avance hacia la estabilización y recuperación económica de Argentina podría tener efectos positivos para Uruguay, ya sea mediante un aumento de la demanda de bienes o servicios, como el turismo.