Siete profesionales de la salud que atendieron a la leyenda del fútbol argentino Diego Armando Maradona serán juzgados por homicidio culposo y negligencia con resultado de muerte a partir de esta semana. Se espera que el proceso dure cuatro meses. Si son condenados, cada acusado enfrenta entre ocho y 25 años de prisión. Una enfermera será juzgada por separado, a partir de julio, ya que eligió un juicio por jurado.
Los siete acusados en esta etapa son el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, la médica coordinadora Nancy Forlini, el coordinador de enfermería Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna y el enfermero Ricardo Omar Almirón. La enfermera Dahiana Gisela Madrid se enfrentará a los tribunales en un proceso separado.
Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020, a los 60 años, debido a un infarto mientras se recuperaba de una cirugía cerebral. Desde entonces, ha habido una batalla legal sobre el papel que su equipo médico podría haber desempeñado en su muerte.
Los fiscales afirman que el equipo médico fue imprudente y deficiente, y afirman que Maradona quedó en un período prolongado y agonizante antes de su muerte. Un informe de 2021 elaborado por un panel de 20 expertos médicos concluyó que Maradona podría haber tenido más posibilidades de sobrevivir con la atención adecuada en un centro médico en lugar de en la casa en la que se encontraba por propia voluntad.
La familia de Maradona, en particular sus hijos, han presionado abiertamente para que se rindan cuentas.
El juicio originalmente programado para mediados de 2024 se aplazó hasta marzo de 2025 en San Isidro, el suburbio de Buenos Aires, donde los tribunales tienen jurisdicción sobre la casa que Maradona había alquilado para su recuperación domiciliaria.
Se espera que se interrogue a unos 100 testigos durante todo el proceso. Según versiones, hay audios y mensajes de texto que sugieren que el equipo médico sabía que la condición de Maradona era grave, pero no actuó en consecuencia.
El caso plantea interrogantes sobre la responsabilidad médica en casos de alto perfil y frente a las propias decisiones y la historia del paciente, que en el caso de Maradona incluye décadas de lucha contra la cocaína y el alcohol.