Un día después de que se anunciara que se encontraba fuera de estado crítico, el Papa Francisco sufrió una crisis aislada de broncoespasmo que empeoró su estado respiratorio general. Lleva quince días en el policlínico Gemelli de Roma, donde había sido ingresado el 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana y una neumonía bilateral. Pese al episodio del viernes, el Papa argentino se mantuvo lúcido y cooperaativo. Fuentes vaticanas confirmaron que Francisco, de 88 años, no presidirá el rito del Miércoles de Ceniza el 5 de marzo.
En todo caso, los médicos coincidieron en que el pronóstico del Pontífice sigue siendo complejo. La crisis del viernes fue diferente a la que sufrió el 22 de febrero, y los facultativos necesitarán entre 24 y 48 horas para entender mejor la situación actual, según se explicó. El Santo Padre, tras una mañana de fisioterapia respiratoria y oración en la capilla, ha presentado esta tarde una crisis aislada de broncoespasmo que ha derivado en un episodio de vómitos con inhalación y en un empeoramiento brusco de su cuadro respiratorio, señaló el Boletín Vaticano.
El broncoespasmo se debe al estrechamiento del conducto bronquial, provocando un ataque de tos por el que el ex arzobispo de Buenos Aires ha necesitado tratamiento. Los médicos deben determinar si los jugos gástricos han afectado a los pulmones del prelado.
El Santo Padre fue rápidamente broncoaspirado e iniciado la ventilación mecánica no invasiva, con buena respuesta de los intercambios gaseosos, explicó también el Vaticano. En todo momento se mostró lúcido y orientado y colaborando con las maniobras terapéuticas, se explicó también.