Un total de 33 ex cancilleres latinoamericanos publicaron este jueves un Manifiesto en el que alertan sobre el colapso del orden internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial e insisten en la necesidad de que la región recupere su papel protagónico en los asuntos globales.
Además, recordaron la postura de América Latina en la Conferencia de San Francisco de 1945 y en la Conferencia de Chapultepec, donde se delinearon principios clave de la Carta de las Naciones Unidas.
Cualquier observador puede reconocer fácilmente que estamos asistiendo al colapso del orden internacional, reza el documento que también llama a la resolución pacífica de las disputas y la eliminación de la conquista territorial porque el respeto a la personalidad, soberanía e independencia de cada Estado americano constituye la esencia del orden internacional.
Asimismo, el texto propone recuperar espacios de concertación regional para construir una visión renovada del multilateralismo. Llamamos a los países de la región a identificar intereses compartidos más allá de las diferencias.
Los principios que han regulado las relaciones entre las naciones desde los horrores de la Segunda Guerra Mundial, incluido el sagrado principio de no agresión, están siendo desmantelados y reemplazados por bloques de poder construidos en torno a la ley del más fuerte, señala la declaración.
América Latina en su momento ”marcó el camino de la Carta de las Naciones Unidas, especialmente el artículo 2.4 y su prohibición del uso de la fuerza y de la amenaza del uso de la fuerza contra la integridad territorial de un país, con su insistencia en principios como 'la proscripción de la conquista territorial' o 'la adopción de la conciliación, el arbitraje integral o la justicia internacional para resolver cualquier diferencia o controversia' o 'el reconocimiento de que el respeto a la personalidad, la soberanía y la independencia de cada Estado americano constituye la esencia del orden internacional'”, continúa el documento.
“En primer lugar, denunciamos el ataque al principio de inviolabilidad del territorio, como el lanzado por Vladimir Putin con su devastadora invasión a Ucrania. No es aceptable que un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se lance a la conquista de un país vecino en una guerra colonial. Ucrania está luchando por su independencia y debe contar con el firme apoyo de América Latina. Esperamos que Estados Unidos mantenga su asistencia a Ucrania, independientemente de sus esfuerzos por poner fin a esa guerra. También expresamos nuestra solidaridad con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, y rechazamos las recientes declaraciones del presidente electo Donald Trump sobre el Canal de Panamá”, insistieron los exministros.
“En segundo lugar, denunciamos el ataque a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, marco jurídico indispensable para la protección de los civiles en los conflictos armados”, agregaron al mencionar los conflictos en curso en Ucrania, Gaza y Sudán. “Rechazamos los dobles raseros, de ambos lados”.
“En tercer lugar, denunciamos los ataques al libre comercio y el intento de imponer mayores barreras a nuestras exportaciones y de utilizar los aranceles como herramienta de presión política, en violación de las reglas acordadas en la OMC. El flujo de mercancías es crucial para el crecimiento de nuestras economías y la lucha contra la pobreza y la desigualdad en nuestro continente. También es crucial para el desarrollo de políticas inteligentes y justas frente a los fenómenos migratorios, de conformidad con los principios aceptados del derecho internacional”.
“Y en cuarto lugar, denunciamos los ataques a los compromisos adquiridos en la lucha existencial contra el cambio climático. 2024 fue el año más cálido de la historia y el primero en romper el límite de 1,5 grados [Celsius] acordado en la COP21”, señalaron también al tiempo que alertaron de que “nadie tiene más que perder que América Latina, el continente de la biodiversidad”.
La declaración también fue respaldada por el exdirector de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, y el abogado argentino Juan E. Méndez, relator especial de las Naciones Unidas contra la tortura hasta 2016.
Además, entre los firmantes se encontraban los ex Ministros de Relaciones Exteriores Susana Malcorra y Santiago Cafiero de Argentina; Alejandro Foxley, Heraldo Muñoz y Antonia Urrejola de Chile), Celso Lafer y Aloysio Nunes Ferreira de Brasil, Rodolfo Nin Novoa y Didier Opertti de Uruguay; y José Félix Fernández Estigarribia y Eladio Loizaga de Paraguay. También participó el ex Ministro de Finanzas de Brasil y Secretario General de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) Rubens Ricupero.