Un total de 15.918 millones de dólares salieron de Brasil en 2024, lo que representó la tercera mayor fuga anual de la historia, detrás de los saldos negativos consecutivos de 2019 (44.768 millones de dólares) y 2020 (27.923 millones de dólares), informó esta semana el Banco Central (BCB). El año pasado, el flujo financiero fue negativo en 84.396 millones de dólares, después de que las salidas (674.385 millones de dólares) superaran a las entradas (589.989 millones de dólares).
Por otra parte, Brasil registró una balanza comercial exterior positiva después de que las exportaciones por valor de 298.456 millones de dólares superaran a las importaciones por valor de 229.978 millones de dólares. El Banco Central divulgó datos preliminares correspondientes al período entre el 1 de enero y el 27 de diciembre, mientras que los resultados definitivos para 2024 estarán disponibles el 8 de enero, se anunció. Asimismo, el flujo financiero regustró US$ 589.989 millones en compras y US$ 674.385 millones en ventas.
El dólar estadounidense se apreció un 27,35% frente al real, especialmente en noviembre con el paquete fiscal del gobierno que puso a los inversores a la defensiva por considerar insuficientes los recortes de gastos y rechazar la iniciativa de ampliar el tramo de exención del impuesto sobre la renta.
El 18 de diciembre, la divisa estadounidense cerró a R$ 6,26 reales, su valor nominal más alto de todos los tiempos, en medio del riesgo fiscal y la expectativa de ralentización en los recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). El BCB inyectó más de 32.000 millones de dólares en el mercado para contener a la divisa.
En este escenario, la Federación Brasileña de Bancos (Febraban) pronosticó que la inflación caería este año. El presidente de Febraban, Isaac Sidney, vaticinó un 3% anual cuando aún no se han publicado los datos definitivos de 2024. El mercado ya ha fijado la tasa en el 4,9%, equivalente a 0,4 puntos porcentuales por encima del techo objetivo del 4,5%, debido a la política monetaria más restrictiva adoptada por el BCB, explicó Sidney. También predijo que el tipo de interés básico Selic subiría hasta llegar al 15% en junio, para luego descender.
En la medida en que el Banco Central se adelantó y acabó fijando un ritmo más fuerte y contractivo, esto debería hacer que la inflación empiece a converger hacia la meta, aunque todavía tenemos un cuadro de inflación más crítico, dijo Sidney a GloboNews.
La tasa Selic está actualmente en el 12,25% y deberá ser elevada en otro punto porcentual en la próxima reunión del Comité de Política Monetaria (Copom), prevista para los días 28 y 29 de enero. La proyección de los tipos de interés en el 15% fue determinada por una encuesta de Febraban realizada el mes pasado entre 19 instituciones financieras.
El nuevo presidente del BCB, Gabriel Galípolo, se ha comprometido en repetidas ocasiones a acercar la inflación lo más posible al objetivo del 3%, manteniendo los tipos de interés más altos durante el tiempo que sea necesario. Asumió el cargo el miércoles y tuvo su primer día de trabajo el jueves, con el dólar disparándose al comienzo de la sesión hasta los 6,22 reales, pero retrocediendo más tarde en el día hasta los 6,16 reales.
El Gobierno está haciendo su parte al enviar este paquete, el Congreso está haciendo lo mismo, y tenemos que seguir dando al Gobierno un voto de confianza para que prosiga y persevere en llevar esta trayectoria de deuda y gasto hacia un proceso de estabilización y equilibrio fiscal, señaló Sidney.
No podemos descartar estas medidas adicionales que se han tomado, que sin duda tendrán algún impacto en la trayectoria de la deuda pública. Lo que tenemos que hacer es avanzar, llegar a nuestro destino e invertir la trayectoria ascendente, señaló.
Sidney también consideró que el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, era consciente de la desconfianza entre los inversores en medio de un deterioro de las expectativas fiscales y monetarias.