La fiscalía argentina procesó este lunes a cinco personas en relación con la muerte del cantante británico de One Direction Liam Payne, ocurrida el 16 de octubre en Buenos Aires. Entre los imputados se encuentran el trabajador de un hotel, Ezequiel Pereyra, y el camarero de un restaurante,
Braian Paiz, quienes presuntamente suministraron al músico las sustancias detectadas en su cuerpo. Ambos confesaron esos hechos pero negaron haber percibido gravedad en el estado de Payne. Pasamos la noche, nos colocamos, pasó algo íntimo. Tomó cocaína. No lo vi en mal estado, dijo Paiz a Telefé.
Payne cayó al vacío desde un tercer piso en estado de ebriedad. Por otra parte, el empresario Rogelio Roger Nores fue acusado de homicidio culposo y se le exigió una fianza de AR$ 50 millones (unos US$ 50.000). También se le prohibió salir del país.
Los otros dos acusados son la gerente del hotel, Gilda Martín, y el jefe de seguridad, Esteban Grassi. Martín se enfrenta a cargos de omisión deliberada tras ignorar las advertencias sobre el comportamiento de Payne, mientras que Grassi está acusado de encubrimiento por no informar con prontitud de las irregularidades en el hotel.
En la autopsia, Payne, de 31 años, presentaba rastros en su cuerpo de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo prescrito en las 72 horas anteriores. Su muerte, sin embargo, fue causada por politraumatismos y una hemorragia interna y externa resultantes de la caída por el balcón de su habitación del tercer piso. Su estado era tal que ni siquiera pudo defenderse en la caída, por lo que se dedujo que pudo caer en un estado de semi o total inconsciencia. El examen médico también descartó autolesiones o la intervención física de terceros como otras posibles causas de la muerte.
One Direction fue una de las bandas más exitosas de los últimos tiempos, pero entró en pausa indefinida en 2016 mientras Payne y los otros miembros (Zayn Malik, Harry Styles, Niall Horan y Louis Tomlinson) se dedicaron a sus carreras como solistas.
El caso de Nores se agrava por las más de 800 horas de vídeos de seguridad que le muestran entrando y saliendo de la habitación de Payne, lo que sugiere conocimiento de la situación que condujo a la tragedia. Nores incumplió sus deberes de cuidado, asistencia y ayuda a Liam James Payne, no sólo por un deber legal preexistente, sino también por funciones específicas de orientación y acompañamiento personal, previamente coordinadas y aceptadas por la relevancia y actividades de su profesión, abandonándolo a su suerte, dejándolo incapaz de valerse por sí mismo, a sabiendas de que padecía múltiples adicciones previas, alegó el juez. El abogado de Nores replicó que su cliente no era ni médico, ni abogado, ni representante, ni compañero terapéutico de Payne.
Se cree que Payne consumió una mezcla de alcohol, cocaína rosa, MDMA, ketamina y el antidepresivo sertralina antes de caer por el balcón. Las llamadas de emergencia a la policía del personal del hotel describieron a un huésped que había consumido demasiadas drogas y alcohol y estaba destrozando la habitación.
Paiz y Pereyra se enfrentan a penas de 4 a 15 años por suministro de drogas, mientras que el caso de los otros tres sería más severo.