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Jueves, 26 de diciembre de 2024 - 23:58 UTC

 

 

Diplomáticos rusos en Buenos Aires invocan inmunidad para evitar controles de alcoholemia

Jueves, 26 de diciembre de 2024 - 10:07 UTC
Desconociendo el concepto de “inmunidad diplomática”, la Policía de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires amenazó con embargar los vehículos si los conductores no accedían a testearse Desconociendo el concepto de “inmunidad diplomática”, la Policía de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires amenazó con embargar los vehículos si los conductores no accedían a testearse

La Embajada rusa en Buenos Aires presentó este miércoles una protesta ante el Gobierno argentino del Presidente Javier Milei después de que la policía de tránsito local intentara realizar una prueba de alcoholemia a tres miembros de la misión diplomática.

El embajador Dmitry Feoktistov pidió al Ministerio de Relaciones Exteriores argentino que “tome medidas exhaustivas para evitar la repetición de tales incidentes, que son utilizados activamente por los opositores al desarrollo normal de las relaciones ruso-argentinas.” La televisión local transmitió la situación en directo y se hizo viral en redes sociales.

La Embajada insistió en que el episodio constituyó una “violación” de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. El 24 y 25 de diciembre, la Policía de Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires amenazó con incautar los tres vehículos si los diplomáticos que los conducían se negaban a someterse a las pruebas de alcoholemia.

La nota del Embajador también destaca que el incidente había sido ampliamente difundido por medios de comunicación locales. “Cabe señalar que lo sucedido constituye una violación de las disposiciones de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, según la cual el Estado receptor está obligado a tomar todas las medidas para impedir cualquier atentado contra la persona, la libertad o la dignidad de todos los miembros de la misión diplomática y a garantizar la libertad de circulación y tránsito por su territorio”, escribió Feoktistov. “Los medios de transporte de la Misión no pueden ser objeto de ningún embargo”, añadió.

Un turista ruso que circunstancialmente pasaba por el lugar lamentó la actitud de su compatriota e intentó persuadirle para que se sometiera a la prueba, pero fue en vano. “Es una vergüenza para mi país”, dijo a los periodistas tras ofrecerse como voluntario para hacer de traductor.