El Ministerio de Seguridad de Argentina denunció este jueves por traición a la patria al ex embajador en Venezuela Oscar Laborde por inmiscuirse ante el régimen bolivariano en el caso del suboficial de la Gendarmería Nacional Nahuel Gallo, arrestado por Caracas y acusado de espionaje. Firmó los documentos el asesor jurídico jefe del Ministerio de Seguridad, Fernando Soto. Gallo insistió en que fue a Venezuela a visitar a su pareja María Alexandra Gómez García y al hijo de dos años que tienen en común.
Mientras la Cancillería intenta obtener la liberación de Gallo por la vía diplomática, a través de las misiones internacionales pertinentes, el ex embajador de la República Argentina en la República Bolivariana de Venezuela, Oscar Alberto Laborde -designado por el entonces presidente Alberto Fernández-, sin ningún tipo de autorización oficial, inició gestiones internacionales, contactando a la familia del gendarme en Argentina para entregar una carta a Gallo, con la colaboración del gobierno venezolano, argumentó la denuncia.
El imputado se encargó de presentar como 'irregular' el ingreso del gendarme ya que no cumplía con los requisitos legales para ingresar a ese país, añadió.
La actuación de Laborde no respondió a ninguna cuestión humanitaria, a pesar de sus declaraciones a la prensa. Por el contrario, lejos de defender los derechos humanos del gendarme 'desaparecido', lo que hace es sobreponerse indebidamente a la gestión diplomática internacional de la República Argentina para justificar la conducta abiertamente delictiva de las autoridades venezolanas bajo el pueril pretexto de un supuesto 'ingreso irregular' que avalaría la inventada sospecha de 'espionaje', además de avalar las condiciones de detención, de desaparición, generando un supuesto conocimiento sin haber señalado los más mínimos lineamientos legales de su detención, avalando así el delito de desaparición forzada, sostuvo el Gobierno Libertario.
Dado que el ex embajador actuó en contra de los intereses del país al arrogarse facultades diplomáticas que sólo pueden ser ejercidas por los representantes de la Cancillería, Laborde fue considerado un colaborador del régimen de (el presidente venezolano Nicolás) Maduro.
La administración de Javier Milei insistió en que no pidió a Laborde ninguna intervención o acción diplomática ni autorizó ninguna acción para que realice gestiones ante el Gobierno venezolano. Su actuación sólo pretende colaborar con el régimen que detuvo ilegalmente al gendarme Gallo, presentando como 'humanitario' a un gobierno dictatorial y como 'fascista' a nuestro gobierno democrático, al presentar el caso como una entrada ilegal destinada a intervenir en un país extranjero a través de un 'servicio de espionaje' con una fuerza de seguridad de forma ilegítima.
Laborde da vuelta las cosas al otorgarse poderes de representación internacional que, evidentemente, ya no posee, lo que constituye una traición, afirmó también el Ministerio de Seguridad. El ex diplomático convierte al victimario en víctima y a la víctima en victimario, cuando es exactamente al revés, prosiguió. Intenta justificar al gobierno venezolano como si fuera lógico y legal secuestrar a una persona por -supuestamente- no tener [sus] 'papeles en regla'. Le pide explicaciones a la República Argentina en lugar de pedírselas [al] gobierno que secuestra a un extranjero privándolo de su libertad en una 'desaparición forzada', insistió Buenos Aires.
Sería como preguntarle a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet por qué viajaron a la Argentina en 1977, en lugar de interrogar a [el ex oficial de la Armada] Alfredo Astiz por haberlas asesinado, ahondó Soto en sus fundamentos. De allí que el ex embajador Oscar Alberto Laborde es denunciado por haber traicionado los intereses de la Nación Argentina en un caso que reviste una gravedad institucional inusitada en el concierto internacional de los países, actuando con la evidente intención de exponer argumentos políticos para perjudicar el rol del gobierno argentino en la protección del gendarme cuya desaparición forzada se reclama. La asunción de la gestión internacional asumida por el imputado se realizó en contra de la gestión diplomática desplegada por nuestras autoridades, comprometiendo a nuestra Nación al presentarlo como pretendiendo 'infiltrar un espía' en Venezuela, ingresándolo irregularmente a ese país, enfatizó el abogado. El intento de Laborde de culpar a Argentina por el caso Gallo se basa en hechos falsos y en el ocultamiento de información auténtica, señaló también el Ministerio al tiempo que insistió en que el propósito del viaje de Gallo era visitar a su esposa y a su hijo de dos años.
La adulteración de la verdad de los hechos fue realizada con deslealtad a la alta responsabilidad que le encomendó la República Argentina al designarlo embajador en, precisamente, la República Bolivariana de Venezuela. La responsabilidad del imputado es mayor pues su deber de defensa de los intereses nacionales es mayor por la jerarquía de tan alto cargo diplomático, señaló también la acusación. Asimismo, Soto recordó que Argentina emitió una orden de captura contra Maduro.
El cabo primero de Gendarmería Nacional Gallo, del Escuadrón 27 Uspallata, del Grupo XI de Mendoza, fue detenido el 8 de diciembre a las 11 de la mañana cuando ingresaba a Venezuela por un paso terrestre desde Colombia. Alegó que había elegido esa ruta para abaratar los costos del pasaje aéreo. Gómez García y el niño viven en Venezuela desde hace siete meses para ayudar con el problema de salud de su madre.
Laborde dijo que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue la culpable de todo el incidente de una manera tan obvia que incluso la vicepresidenta Victoria Villarruel dijo que no hubiera autorizado el viaje de Gallo. El personal de las Fuerzas Armadas y de Seguridad necesita la venia de sus superiores respecto del lugar donde pretende pasar su tiempo libre. Por lo tanto, alguien autorizó a Gallo a viajar a un país con el que Argentina ha cortado todo lazo diplomático e incluso tiene las instalaciones de la que fuera su Embajada en Caracas sitiadas por tropas locales, sin servicios de luz y agua, mientras cinco solicitantes de asilo permanecen en su interior a la espera de un salvoconducto para llegar al aeropuerto.
El 28 de marzo, Bullrich dijo que iba a enviar ocho gendarmes para custodiar la misión diplomática y luego apareció uno, subrayó Laborde. Es razonable pensar que, si ella dijo que iba a enviar gendarmes, lo envió, afirmó al tiempo que señaló que la costumbre diplomática manda que un país notifique al otro cada vez que “un militar va [allí], aunque esté de licencia”.
¿Por qué [eso] no se informó? Patricia Bullrich se enojó porque Villarruel la avergonzó, insistió Laborde, quien alegó haber utilizado sus contactos en Venezuela para facilitar la entrega de una carta de la madre de Gallo al detenido. Fui embajador en Venezuela hace año y medio. Lo que hice fue con los contactos que me quedaban de esa administración, con el fiscal general; les pregunté si podía enviar una carta (a Gallo) de la madre, y la madre accedió, explicó Laborde en una entrevista radiofónica. Esta acción humanitaria fue solicitada por la familia de Gallo, mencionó también. No pido que me den las gracias, pero me acusan de traición por enviar una carta de una madre a su hijo. Por otra parte, Laborde lamentó que esta acción humanitaria haya sido tomada como un intento de humanizar al régimen [venezolano].”