El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, concedió un indulto a los presos con enfermedades terminales, así como a mujeres embarazadas en situación de riesgo o a enfermos de VIH, pero no benefició a quienes cometieron delitos atroces -como tortura, terrorismo, racismo, blanqueo de dinero, ocultación de bienes- o contra la democracia, según se anunció este lunes en una edición especial del Diário Oficial da Uniao (Boletín Oficial).
El indulto también abarca a reclusos con paraplejia, tetraplejia, monoplejia, hemiplejia, ostomía, amputación, parálisis, ceguera u otra discapacidad física que cause impedimento similar, comprobado por informe emitido por médico oficial, menciona el documento. La medida incluye además a presos con trastorno grave del espectro autista o afecciones neurodiversas o a los reclusos que padezcan una enfermedad grave, crónica y altamente contagiosa, o que sean ciegos.
Sin embargo, deja fuera a los condenados por delitos sexuales o a los líderes de facciones criminales. Por otra parte, la iniciativa apuntó a personas mayores de 60 años que hubieran cumplido parte de su condena y a quienes fueran imprescindibles para criar a niños de 12 años o menos, como madres y abuelas que no representaran una amenaza para la sociedad. Asimismo, se explicó que el indulto de este año no contempla penas accesorias tales como multas.
La propuesta de indulto de Navidad, que incluye a condenados por delitos sin violencia o amenaza grave que hayan cumplido, hasta el 25 de diciembre de 2024, al menos una quinta parte de su pena si no son reincidentes, o una cuarta parte si lo son, fue elaborada por el Consejo Nacional de Política Criminal y Penitenciaria y revisada por el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski.