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Ser influencer se convierte en carrera universitaria de pleno derecho

Jueves, 24 de octubre de 2024 - 10:04 UTC
El curso de la Universidad Tecnológica del Sureste (SETU) de Carlow recibió a sus primeros 15 estudiantes el mes pasado El curso de la Universidad Tecnológica del Sureste (SETU) de Carlow recibió a sus primeros 15 estudiantes el mes pasado

El trabajo de influencer en línea se ha convertido en una asignatura en la que especializarse, según la decisión de una universidad irlandesa de incluir esos estudios en su oferta académica. Un trabajo que no existía hasta hace poco, se ha convertido en una carrera popular entre los jóvenes de la Generación Z que buscan labrarse un futuro publicando contenidos en Instagram, TikTok o YouTube, señaló la Universidad Tecnológica del Sureste (SETU) de Carlow, a 80 km de Dublín.

La directora del curso, Irene McCormick, admitió que la idea surgió después de que 350 solicitantes se inscribieran en una actividad de “Digital Hustle” impartida por TikTokers y prevista inicialmente para 30 alumnos. “Tuvo una tracción increíble, pudimos ver el apetito por más, así que lo ampliamos a nivel de licenciatura”, dijo McCormick, ex productora y directora de televisión, ahora a cargo de la licenciatura de cuatro años en “Creación de Contenidos y Medios Sociales”.

La mayoría de los estudiantes ya están inmersos en el espacio digital o trabajan en él y quieren ampliar su conjunto de herramientas y conocimientos, explicó también McCormick a la AFP. “Puedes intentar aprender por ti mismo en casa, pero estar capacitado con la práctica y la teoría sobre cómo conectar con los grupos demográficos objetivo en línea va a marcar una gran diferencia en tu carrera”, añadió.

El término “influencer” se incorporó oficialmente al diccionario en 2019, y se refiere a una persona conocida a través del uso de los medios sociales que utiliza su celebridad para respaldar, promover o generar interés en productos y marcas, a menudo a cambio de un pago. De ahí que las vastas audiencias en línea se traduzcan en enormes ganancias para los creadores y, por lo tanto, muchos jóvenes de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) considerarían un trabajo como vlogger, YouTuber o streamer profesional. “Por supuesto, la gente quiere ganar dinero influenciando, así que nos fijamos sobre todo en la marca personal, en cómo monetizar el hecho de ser influyente entre grandes seguidores en línea”, explica McCormick. “Las publicaciones de los influencers en las redes sociales pueden ser a veces frívolas, pero el negocio real no lo es, es un negocio muy serio”, añadió.

Tras dos años de desarrollo, el curso acogió el mes pasado a su primer grupo de 15 alumnos.