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Miércoles, 18 de diciembre de 2024 - 21:25 UTC

 

 

Picardo reacciona ante endurecimiento de controles fronterizos entre España y Gibraltar

Viernes, 11 de octubre de 2024 - 21:42 UTC
“Como socialista”, Picardo se mostró “deprimido por el hecho de que la política se utilice para perjudicar los intereses de los trabajadores y no para ayudarles”. “Como socialista”, Picardo se mostró “deprimido por el hecho de que la política se utilice para perjudicar los intereses de los trabajadores y no para ayudarles”.

El Ministro Principal de Gibraltar, Fabian Picardo, prometió no ceder a las “tácticas de presión” de España tras la reintroducción de controles en el paso fronterizo de La Verja que exigen pasaporte a las personas procedentes del territorio británico de ultramar.

La medida buscaba averiguar si estas personas residían realmente en Gibraltar o en el llamado espacio Schengen, en cuyo caso deberían pagar impuestos al país de la Unión Europea y no al Reino Unido post-Brexit, según se explicó. Quienes pasen más de 90 días sobre un período de 180 deberán solicitar la residencia en España. Se cree que muchos gibraltareños viven en casas espaciosas en el lado español, pero trabajan y pagan impuestos donde ganan más y tributan menos al fisco.

A partir de las 23.00 hora local del jueves, España puso fin al actual régimen provisional relativo a la frontera de Gibraltar, por lo que los titulares de la tarjeta roja de residente que entren en España debieron sellar sus pasaportes. El jefe del Puesto Fronterizo de La Línea de la Concepción ordenó a su personal que, a partir “de las 23 horas del día 10 de octubre de 2024”, proceda “a dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 11 del vigente Código de Fronteras Schengen y estampe el correspondiente sello en los pasaportes de los ciudadanos procedentes de Gibraltar, tal y como se viene haciendo con el resto de ciudadanos de terceros estados”, se informó.

El Gobierno gibraltareño insistió en que la medida se adoptó “sin previo aviso”. Según la administración de Picardo, la decisión no partió de los Ministerios de Interior o Asuntos Exteriores de Madrid, sino que fue simplemente adoptada por “un inspector de la Policía Nacional española en La Línea de La Concepción” que se extralimitó en sus funciones.

En respuesta, Picardo anunció que, a menos que las cosas volvieran a la situación anterior antes de las 7 de la mañana del viernes, actuaría en reciprocidad, “aunque a regañadientes”, y exigiría pasaportes a las personas que entraran en Gibraltar, incluidos los trabajadores transfronterizos.

En este escenario, las largas colas provocaron retrasos que llevaron a la Policía Nacional española a volver al sistema anterio. Gibraltar correspondió temporariamente pero la Policía española reanudó poco después la exigencia de pasaportes a pesar de que se le había “ordenado verbalmente que no lo hiciera”. El argumento fue que la nueva orden debía “entregarse por escrito” antes de ponerse en práctica. “Al parecer, la instrucción fue dada por escrito por un agente de la Policía Nacional española en La Línea, con rango de inspector, que no estaba autorizado a dar esa instrucción por su superior”, dijo más tarde el número 6 de Convent Place en un comunicado. A las 11.30 horas, España dejó de exigir el sellado de pasaportes.

Picardo reiteró entonces su voluntad de lograr un acuerdo entre la UE y el Reino Unido para regular la relación de Gibraltar con el bloque tras el Brexit. “La pelota está en el tejado de España para aceptar aquellas propuestas razonables, equilibradas e imaginativas que garanticen la seguridad del espacio Schengen y la integridad del Mercado Único”.

“La mejor manera de lograrlo es a través de las negociaciones en curso y Gibraltar no se verá obligado a someterse mediante tácticas de presión como las medidas aplicadas en las últimas 12 horas”, añadió.

“Como socialista”, Picardo se mostró “deprimido por el hecho de que la política se utilice para perjudicar los intereses de los trabajadores y no para ayudarles”.

“Espero sinceramente que incidentes como éste sean la tormenta que precede a la calma y que podamos resolver las cuestiones en la mesa de negociación de una manera que funcione para todos y que pueda aplicarse con el apoyo de los ciudadanos”, prosiguió.

No obstante, recomendó a quienes crucen a España llevar siempre su pasaporte por si “el capricho de los policías españoles” acaba en que se les pida ese documento para sellarlo.

Si no se llega a un acuerdo antes del 10 de noviembre, se impondrán controles biométricos. El alcalde de La Línea, Juan Franco, dijo el jueves que veía “muy improbable” que se pudiera llegar a un entendimiento a tiempo, dadas las posturas de los gobiernos de España y Reino Unido. De ahí que prevea “un colapso circulatorio brutal”. También admitió que esta situación tendría “un impacto muy directo” en su distrito, donde “más de 11.000 personas” trabajan en el lado británico. El 10 de noviembre “tendremos aquí un problema enorme”, subrayó.

Categorías: Política, Internacional.