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La izquierdista Sheinbaun jura como primera mujer presidenta de México
La nueva jefa de Estado es doctora en ingeniería energética y se considera una firme creyente en la ciencia Claudia Sheinbaum, de 62 años, se ha convertido este martes en la primera mujer presidenta de México tras jurar su cargo. La ex alcaldesa de Ciudad de México sucede así a su mentor del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (MoReNa) Andrés Manuel López Obrador, que ha anunciado su retiro de la política.
La victoria electoral de Sheinbaum el 2 de junio por una amplia ventaja de 30 puntos se produjo 70 años después de que las mujeres obtuvieran el derecho al voto en México. Pero desde que derrotó a Xóchitl Gálvez, todo era cuestión de nombres porque una mujer presidenta después de AMLO era ya inevitable.
La nueva mandataria tiene un doctorado en ingeniería energética y se considera una firme creyente en la ciencia, lo que demostró durante la pandemia de Covid-19 con fuertes medidas de distanciamiento social y testeo en la capital del país.
Procede de una tradición de izquierda menos populista que AMLO. El presidente colombiano, conocido ex guerrillero del M-19, dijo que Sheinbaun era afecta a ese movimiento y ayudó a varios combatientes exiliados cuando pasaban por México. “Muchos mexicanos vinieron a ayudarnos, y entre ellos estaba Claudia”, dijo Petro.
También se dice que Sheinbaum perteneció a varios grupos juveniles de izquierda durante sus años universitarios. Sus padres fueron destacados activistas del movimiento estudiantil mexicano de 1968.
Respecto a la polémica reforma constitucional del poder judicial mexicano que obligará a todos los jueces a presentarse a elecciones, impulsada por AMLO como uno de sus últimos actos de gobierno, Sheinbaum dijo que “las reformas al sistema judicial no afectarán nuestras relaciones comerciales, ni las inversiones privadas mexicanas, ni las extranjeras; más bien al contrario, habrá un mayor y mejor estado de derecho y democracia para todos”.
La nueva presidenta también apoyó la decisión de López Obrador de no invitar al rey Felipe VI de España a su toma de posesión por no pedir perdón por los históricos años de colonización.
Además de Petro, a la ceremonia del martes asistieron los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Gabriel Boric, de Chile; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Xiomara Castro, de Honduras; Santiago Peña, de Paraguay; Bernardo Arévalo, de Guatemala, y Luis Abinader, de la República Dominicana, y los primeros ministros de la República Árabe Saharaui Democrática, Bucharaya Hamudi Beyun, y de Belice, John Briceño.
Otros invitados destacados fueron la asesora principal del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Régine Abraham; el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de la República Popular China, Tie Ning; el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell; y la directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Natalia Kanem.
La delegación de Estados Unidos estuvo encabezada por la Primera Dama Jill Biden, quien llevó un mensaje del Presidente Joseph Biden en el que se leía: “México y Estados Unidos son socios fuertes y vecinos cercanos y compartimos profundos lazos políticos, económicos y culturales. Estados Unidos está comprometido a seguir trabajando con México para ofrecer el futuro democrático, próspero y seguro que los pueblos de nuestros dos países merecen.”
AMLO se retirará de la vida política en una remota finca de su Tabasco natal. Durante una cena de retiro el 30 de septiembre, anunció que “me voy muy contento porque entregaré la banda presidencial a una mujer excepcional, a una humanista, una mujer llena de amor, humildad y buenos sentimientos.”
