El presidente de la petrolera estatal argentina YPF, Horacio Marín, admitió que el anunciado proyecto conjunto de gas natural licuado (GNL) de 30.000 millones de dólares con la malasia Petronas en la Patagonia seguirá adelante a pesar de la supuesta intención del socio asiático de retirarse.
La planta, originalmente concebida para ubicarse en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, fue trasladada a Sierra Grande, provincia de Río Negro, en lo que se consideró una maniobra de la administración libertaria del presidente Javier Milei para favorecer al gobernador Alberto Weretilneck en detrimento del kirchnerista Axel Kicillof, a través del recién aprobado Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), contemplado en el pilar oficialista conocido como Ley de Bases.
Marín dijo en una entrevista radiofónica que Petronas aún no había decidido si desembolsaría en noviembre cerca de 200 millones de dólares para el diseño de ingeniería de las FLNG (unidades flotantes de producción de gas natural licuado, por su sigla en inglés).
En caso de que Petronas dé marcha atrás, Marín admitió que había mantenido conversaciones con otros gigantes de la industria del GNL y otras petroleras que operan en el país.
Mientras tanto, Weretilneck garantizó que YPF mantendrá a flote el proyecto de GNL y por eso estamos tranquilos. También restó importancia a la posibilidad de que Petronas reconsiderara su participación e insistió en que Marín había decidido seguir adelante con el proyecto, concebido inicialmente bajo el mandato del ex presidente Alberto Fernández, políticamente afín a Kicillof. Con Milei, se reconvirtió en favor de Río Negro y ahora los medios argentinos mencionan un 95% de posibilidades de que Petronas dé un paso al costado tras un desplome de las expectativas.
A finales de julio, la administración libertaria anunció el cambio de ubicación alegando que una planta en Sierra Grande, Río Negro, ofrecería numerosas ventajas. De concretarse, el consorcio YPF-Petronas se convertiría en el quinto productor mundial de GNL, se explicó también.
Entre las razones para la elección de Río Negro se encuentra la menor longitud de los gasoductos para el gas natural procedente de Vaca Muerta, además de la profundidad del mar en la zona de Sierra Grande, que reduciría la necesidad de dragado para conseguir un calado adecuado. Los expertos también consideraron la disponibilidad de mayores porciones de tierra y una menor interferencia con otras actividades sociales y económicas de la zona. Además, se argumentó que la provincia de Río Negro ofrecía condiciones óptimas para el desarrollo del proyecto que busca impulsar la economía patagónica.
Ambas empresas destacaron en un comunicado que Río Negro presenta mejores aspectos económicos para el proyecto, incluso si Buenos Aires igualara los beneficios impositivos, según un informe de la consultora internacional Arthur D. Little. También se explicó que Río Negro puede desarrollar un puerto de aguas profundas por donde pueden ingresar grandes buques supertanqueros y abaratar los costos de transporte. En definitiva, la zona de Sierra Grande aparece como la mejor opción, continuó el documento.
YPF y Petronas también estarían buscando atraer a las otras petroleras del país dedicadas a la producción de gas natural (PAE, Total Austral, Tecpetrol, Pampa Energía, CGC y Wintershall Dea, entre otras) para que se sumen a una asociación para la exportación a gran escala, se mencionó entonces.
Se espera que la planta de GNL de Sierra Grande genere numerosos puestos de trabajo directos e indirectos con la reactivación del puerto de Punta Colorada, lo que a su vez podría atraer a otras industrias a instalarse en la zona.