Las autoridades chilenas rindieron homenajes este miércoles a las víctimas de la dictadura del general Augusto Pinochet Ugarte que comenzó el 11 de septiembre de 1973, después de que el levantamiento militar provocara la muerte del presidente Salvador Allende y el derrocamiento del gobierno democráticamente electo hace 51 años. El régimen duraría hasta 1990.
El gobierno del presidente Gabriel Boric Font anunció que los antiguos centros de tortura serían remodelados como advertencia de lo que nunca debería volver a suceder. Además, está a punto de aprobarse una derogación de la ley de amnistía que beneficia a violadores de derechos humanos.
Todavía tenemos más de 1.100 compatriotas que no sabemos dónde están, argumentó Boric, quien también se comprometió a acelerar el tratamiento parlamentario de un proyecto de ley que busca excluir los indultos en los casos de crímenes contra la humanidad. “Si bien la amnistía ya no se aplica gracias a una sólida jurisprudencia de los tribunales de justicia, acabar con sus efectos de manera definitiva e irreversible es una deuda pendiente que tenemos como país”, añadió.
Boric y varios miembros del gabinete, así como un grupo de sobrevivientes, recorrieron este miércoles las instalaciones de lo que fue entre 1974 y 1975 el centro de tortura y violencia sexual Venda Sexy, en la comuna de Macul, al oriente de Santiago.
“Tuvimos la oportunidad de hablar de la recuperación de este sitio para la memoria y para el país que, luego de un proceso de expropiación, este 24 de julio de 2024, logramos recuperar como sitio de memoria y que, durante 2025, si El Parlamento está de acuerdo, tendrá los recursos necesarios para funcionar como un lugar de memoria y desarrollar sus tareas y objetivos, dijo Boric.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, hija de una de las víctimas del régimen de Pinochet, saludó la apertura del “Salón de Ministros” en el Palacio de La Moneda para homenajear a tres funcionarios “eliminados por la dictadura”.
“Cada año rendimos homenaje a quienes han sido víctimas de abusos a los derechos humanos y a quienes han dedicado gran parte de sus vidas a luchar por su defensa, la verdad y la justicia”, dijo durante la ceremonia la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés. Recordando a los estudiantes desaparecidos bajo Pinochet. “Rendirles homenaje nos inspira y señala conducta. Durante el último año nos hemos preocupado por fortalecer una educación enfocada en los derechos humanos, que fomente la convivencia basada en el respeto a esos derechos y contribuya al empoderamiento de nuestros profesionales y egresados”, agregó. Hasta el momento 126 estudiantes han obtenido títulos póstumos por parte de la Universidad de Chile.