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Comunidad internacional subraya falta de transparencia en elecciones venezolanas

Miércoles, 31 de julio de 2024 - 22:53 UTC
El Centro Carter aún no ha publicado un informe final sobre las elecciones venezolanas de 2024 El Centro Carter aún no ha publicado un informe final sobre las elecciones venezolanas de 2024

La comunidad internacional sigue albergando dudas sobre la autenticidad de los resultados de las elecciones presidenciales venezolanas anunciados el domingo en Caracas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Los ministros de Asuntos Exteriores de los siete países que componen el G7, posiblemente las naciones más fuertes desde el punto de vista económico y que también hacen valer los principios democráticos, emitieron este miércoles una declaración conjunta en este sentido, mientras que el Centro Carter, uno de los observadores que participó en el proceso, admitió que no podía considerarse que hubiera sido “democrático”.

“Nosotros, los Ministros de Asuntos Exteriores del G7 de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y los Estados Unidos de América y la Alta Representante de la UE, expresamos nuestra solidaridad con el

pueblo de Venezuela, que ejerció pacíficamente su derecho al voto en gran número el 28 de julio para decidir el futuro de su país”, rezaba el documento del G7.

“Los informes de observadores independientes nacionales e internacionales han planteado serias preocupaciones sobre los resultados anunciados de las elecciones presidenciales de Venezuela y sobre la forma en que se llevó a cabo el proceso electoral, especialmente en lo que se refiere a la falta de transparencia en la votación.

electoral, especialmente en relación con las irregularidades y la falta de transparencia en la tabulación final de los votos. Es de suma importancia que el resultado refleje la voluntad del pueblo venezolano”, subrayaron los ministros.

“Hacemos un llamamiento a los representantes pertinentes para que publiquen los resultados electorales detallados con total transparencia y pedimos a los representantes electorales que compartan inmediatamente toda la información con la oposición y los observadores independientes”, prosiguieron.

“A medida que se desarrolla el proceso, hacemos un llamamiento a la máxima moderación en el país y a una solución pacífica, democrática y liderada por Venezuela”, concluyeron.

Por su parte, el Centro Carter, con sede en Atlanta, que participó como observador, admitió que el proceso “no se ajustó” a los parámetros y estándares internacionales de integridad electoral, por lo que “no puede considerarse democrático”.

”El Centro Carter no puede verificar ni corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela“, expresó la organización en un comunicado, al tiempo que destacó que el CNE no había dado a conocer los resultados de cada mesa de votación por separado, lo que ”constituye una grave violación de los principios electorales“. Por lo tanto, el proceso electoral ”no ha cumplido con los estándares internacionales de integridad en ninguna de sus etapas relevantes y ha violado numerosos preceptos de la propia legislación nacional“.

Las elecciones en Venezuela ”se desarrollaron en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de los actores políticos, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación“, señaló también el Centro Carter. Además, las autoridades del CNE ”mostraron parcialidad a favor del partido gobernante y en contra de las candidaturas de la oposición“. La actualización del padrón electoral ”se realizó con numerosos inconvenientes“, como ”plazos muy cortos, relativamente pocos lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión pública“, particularmente en el caso de los venezolanos residentes en el exterior.

Asimismo, la inscripción de partidos y candidatos ”no cumplió con los estándares internacionales“ y, en los últimos años, los grupos de oposición ”han sufrido intervenciones judiciales en perjuicio de sus dirigentes más reconocidos social y políticamente para beneficiar a personas afines al gobierno, influyendo en la conformación de sus candidaturas“.

Para peor, la inscripción de las principales fuerzas opositoras ”estuvo sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos“ y la campaña electoral se desarrolló ”con un notable desequilibrio a favor del Gobierno en todos los ámbitos“, favoreciendo así al oficialista PSUV del actual presidente Nicolás Maduro, que incluso tuvo acceso a recursos públicos como vehículos y espacios en televisión y radio, a lo que se sumó la intimidación a ”personas que prestaban servicios“ a políticos antichavistas.

A pesar de este escenario, la votación se desarrolló pacíficamente el 28 de julio en medio de ”retenes partidistas gubernamentales en las inmediaciones“ de los colegios electorales. El equipo de 17 expertos del Centro Carter ”verificó la voluntad de los ciudadanos venezolanos de participar en un proceso electoral democrático y demostró su compromiso cívico como miembros de mesa, testigos de partido y observadores.“ Pero ”estos esfuerzos fueron menospreciados por la falta de transparencia del CNE en la difusión de los resultados”.

El Centro Carter aún no ha publicado un informe final sobre las elecciones venezolanas de 2024.