El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Sillva, aprovechó su discurso este lunes durante la 64ª Cumbre del Mercado Común del Sur en Asunción para subrayar la ausencia de su colega argentino, Javier Milei, sin mencionarlo explícitamente.
El veterano líder del PT insinuó que estas actitudes provienen de un nacionalismo arcaico y aislacionista y cuestionó las pasadas experiencias ultraliberales en la región, donde falsos demócratas intentan socavar las instituciones democráticas.
Al enviar en su lugar a la canciller Diana Mondino, Milei se convirtió en el primer mandatario argentino en faltar a una cita de este tipo desde 2001, cuando Fernando de la Rúa canceló su viaje a Montevideo debido al malestar social y económico que terminó por provocar su dimisión.
En el mundo globalizado, no tiene sentido recurrir a un nacionalismo arcaico y aislacionista. Tampoco se justifica rescatar experiencias ultraliberales que sólo han agravado las desigualdades en nuestra región, subrayó Lula al tiempo que admitió que el Mercosur era resiliente y ha sobrevivido a adversidades en el pasado. Sin embargo, advirtió que no toleraría ninguna forma de extremismo. En su opinión, la diversidad de opiniones, sin extremismo ni intolerancia, es bienvenida.
Para Lula, actualmente en su tercer mandato, la del lunes fue su 19ª Cumbre del Mercosur. Pero nunca hemos afrontado tantos desafíos, tanto a nivel regional como mundial, expresó.
En los últimos años, hemos permitido que conflictos y disputas, a menudo ajenos a la región, se antepongan a nuestra vocación de paz y cooperación. Hemos vuelto a ser una región balcanizada y dividida, que mira más hacia fuera que hacia dentro, prosiguió el líder brasileño.
En un contexto de mayor competencia geoestratégica, la cuestión es si nuestros países quieren integrarse al mundo juntos o separados. No veo ninguna contradicción entre participar en la economía global y cooperar con los vecinos. Mi compromiso con el Mercosur como plataforma para la integración internacional y el desarrollo de Brasil sigue siendo inquebrantable. Nuestro bloque es un proyecto ambicioso que ha dado muchos frutos desde su lanzamiento, insistió Lula.
Tenemos que pensar en grande, como nuestros predecesores se atrevieron a hacer en esta capital hace 33 años. Mercosur será lo que nosotros queramos que sea. No nos corresponde achicarlo con propuestas simplistas que lo debiliten institucionalmente. Nuestros esfuerzos para actualizarlo deben apuntar en otra dirección, añadió.
Lula subrayó también que los buenos economistas saben que el libre mercado no es una panacea para la humanidad. Cualquiera que conozca la historia de América Latina reconoce el valor del Estado como planificador e inductor del desarrollo.
En cuanto a la incorporación de Bolivia al bloque, Lula señaló que tiene un enorme valor estratégico sobre todo en el contexto de la transición energética.
Somos ricos en recursos minerales y tenemos abundantes fuentes de energía limpia y barata. Tenemos todo lo necesario para convertirnos en un eslabón importante de la cadena de semiconductores, baterías y paneles solares, prosiguió Lula. Podemos formar una alianza de productores de minerales críticos para que los beneficios del procesamiento de estos recursos se queden en nuestros países.
Lula coincidió con el presidente anfitrión, Santiago Peña, en que los países miembros deben resolver sus diferencias dentro del bloque y no fuera de él.
El presidente brasileño también recordó el fallido golpe de Estado del 26 de junio en La Paz e instó a la alianza regional a estar atenta a otros intentos.