Todo el espectro de la oposición política argentina está, de un modo u otro, detrás de la protesta nacional de este martes contra los recortes de gastos del Presidente Javier Milei, en particular los que afectan a la financiación de las universidades gratuitas del país.
No en vano, Milei pronunció este lunes un discurso televisado a todo el país para destacar los logros de su gobierno, cuya continuidad estará en juego en la marcha federal universitaria en Buenos Aires y en casi todas las ciudades del país.
La fortaleza política de Milei, y con ella las posibilidades del mandatario de mantenerse en el cargo, se medirán mientras un número creciente de argentinos lucha a diario por llegar a fin de mes. En este escenario, el subsecretario federal de Política Universitaria, Alejandro Álvarez, ha confirmado que las universidades serán auditadas para evaluar la magnitud y el alcance de los gastos inadecuados de las administraciones anteriores, alegando que el pueblo tiene derecho a saber qué se hace con el dinero de los contribuyentes.
El acto reúne a agrupaciones estudiantiles, gremios docentes, otros sindicatos y políticos de la Unión Cívica Radical (UCR), el peronismo, el kirchnerismo, el Frente Renovador (FR) de Sergio Massa, la Coalición Cívica (CC) -seguidores de la ex diputada Elisa Carrió-, diversos movimientos de izquierda y organizaciones sociales comúnmente denominadas piqueteras.
El gobierno de Milei buscó deslegitimar la movilización aduciendo que carecía de consenso e insistió en que debía primar el diálogo. El portavoz presidencial, Manuel Adorni, dijo que la protesta, convocada por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Frente Nacional de Gremios Universitarios, fue alentada desde el ámbito político.
El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ricardo Gelpi, y el vicerrector, Emiliano Yacobitti, ambos de la UCR, han reiterado que sólo se aceptarán banderas argentinas.
Oscar Alpa, del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), dijo que si bien estamos abiertos al diálogo, la medida era necesaria porque el Gobierno ha hecho oídos sordos sistemáticamente desde enero.
A principios de este mes, la UBA declaró la emergencia presupuestaria, y otras universidades nacionales siguieron su ejemplo.
La protesta estudiantil también levantó el velo sobre el conflicto interno entre las autoridades de la ciudad de Buenos Aires (CABA) y el gobierno federal en torno a los protocolos de seguridad que debían aplicarse durante la manifestación. En una ciudad autónoma, las fuerzas de seguridad federales tienen jurisdicción dentro de los edificios del gobierno federal, pero, según medios locales, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no tendría problemas en cruzar ese límite. Después de todo, la protesta es contra el Presidente Milei, no contra el alcalde de Buenos Aires, Jorge Macri.
Los estudiantes de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) llevan desde el 5 de marzo intentando crear un centro de estudiantes, algo que sólo existe en las universidades públicas. Ante las amenazas de las autoridades de la UADE de que una organización de este tipo sería ilegal, también han prometido unirse a la marcha del martes.