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Diplomático estadounidense que espió para Cuba condenado a 15 años de prisión

Lunes, 15 de abril de 2024 - 10:22 UTC
Rocha fue descubierto por agentes encubiertos del FBI y detenido en diciembre del año pasado en Miami Rocha fue descubierto por agentes encubiertos del FBI y detenido en diciembre del año pasado en Miami

El diplomático estadounidense de origen colombiano Víctor Manuel Rocha, ex embajador en Bolivia entre 2000 a 2002, ha sido condenado a 15 años de prisión por espiar para Cuba durante 40 años.

Rocha, de 73 años, que también ocupó cargos importantes en otras misiones diplomáticas estadounidenses a lo largo de su carrera, se declaró culpable de “actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero” y de conspiración para cometer el mismo delito y “defraudar a Estados Unidos”.

Admitió que entre 1973 y el momento de su detención en Miami, en diciembre del año pasado, apoyó en secreto a Cuba y su misión clandestina de recopilación de información contra Estados Unidos sirviendo como agente encubierto de la isla, según informó la Fiscalía estadounidense en un comunicado. También fue acusado de otros delitos como fraude y falsificación de documentos.

Además de la pena máxima legal de 15 años de prisión, la juez Beth Bloom impuso a Rocha una multa de 500.000 dólares, tres años de libertad supervisada y una evaluación especial.

“La declaración de culpabilidad y la sentencia de hoy ponen fin a más de cuatro décadas de traición y engaño por parte del acusado”, declaró el Fiscal General Adjunto Matthew G. Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia.

“Rocha admitió haber actuado como agente del Gobierno cubano al mismo tiempo que ocupaba numerosos cargos de confianza en el Gobierno de Estados Unidos, una asombrosa traición al pueblo estadounidense y un reconocimiento de que todos los juramentos que hizo a Estados Unidos eran mentira”, añadió.

“Víctor Manuel Rocha actuó en secreto durante décadas como agente de una potencia extranjera hostil. Pensó que la historia de su misión encubierta para Cuba nunca se contaría porque tenía la inteligencia, los conocimientos y la disciplina para no ser detectado nunca. Rocha subestimó esas mismas habilidades en los fiscales y agentes de la ley que trabajaron incansablemente para llevarlo ante la justicia por traicionar su juramento a este país”, dijo el fiscal Markenzy Lapointe del Distrito Sur de Florida.

“Soy consciente de que la actividad delictiva de Rocha durante décadas en nombre del Gobierno cubano es especialmente dolorosa para muchos en el sur de Florida. La voluntad de Rocha de cooperar, como lo exige su acuerdo de culpabilidad, es importante, pero no cambia la gravedad de su mala conducta o su violación clandestina de la confianza depositada en él. La condena de Rocha a 15 años de prisión, la pena máxima por sus delitos de convicción, envía un poderoso mensaje a quienes actúan o pretenden actuar ilegalmente en Estados Unidos para un gobierno extranjero: os buscaremos en cualquier lugar, en cualquier momento, y os perseguiremos con todo el peso de la ley.”

Bloom aceptó la declaración de culpabilidad de Rocha a los cargos 1 y 2 de la acusación, que le imputaban conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero y conspirar para defraudar a Estados Unidos, así como actuar como agente de un gobierno extranjero sin la notificación exigida por la ley.

Según los términos del acuerdo entre las partes, Rocha debe cooperar con los Estados Unidos, incluida la asistencia en cualquier evaluación de daños relacionada con su trabajo en nombre de la República de Cuba y renunciar a todas las prestaciones de jubilación futuras, incluidos los pagos de pensiones, que le adeuden los Estados Unidos por su anterior empleo en el Departamento de Estado. También debe ceder a los Estados Unidos cualquier beneficio que pueda tener derecho a recibir en relación con cualquier publicación relacionada con su conducta delictiva o su servicio al Gobierno de los Estados Unidos.

El reo admitió que obtuvo un empleo en el Departamento de Estado de EE.UU., donde trabajó entre 1981 y 2002, en puestos que le proporcionaron acceso a información no pública, incluida información clasificada, y la capacidad de influir en la política exterior estadounidense. Además de ser embajador en Bolivia y de desempeñarse en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, la carrera de Rocha incluyó un período como subsecretario principal de la Sección de Intereses de EE.UU. del Departamento de Estado en La Habana (Cuba) entre 1995 y 1997. Una vez finalizado su empleo en el Departamento de Estado, Rocha se dedicó a otros actos destinados a apoyar a los servicios de inteligencia de Cuba.

Rocha mantuvo en secreto su condición de agente cubano para protegerse a sí mismo y a otros y para permitirse la oportunidad de participar en actividades clandestinas adicionales. El condenado proporcionó información falsa y engañosa a los Estados Unidos para mantener su misión secreta y viajó fuera del país para reunirse con agentes de inteligencia cubanos.

En una serie de reuniones durante 2022 y 2023, con un agente encubierto del FBI que se hizo pasar por un representante de la Dirección General de Inteligencia cubana, Rocha hizo repetidas declaraciones admitiendo sus “décadas” de trabajo para Cuba, que abarcaban “40 años”. Cuando el agente encubierto le dijo a Rocha que era “un representante encubierto aquí en Miami” cuya misión era “contactar con usted, presentarme como su nuevo contacto y establecer un nuevo plan de comunicación”, Rocha respondió “Sí”, y procedió a entablar largas conversaciones durante las cuales describió y celebró su actividad como agente de la inteligencia cubana. A lo largo de las reuniones, Rocha se comportó como un agente cubano, refiriéndose constantemente a Estados Unidos como “el enemigo” y utilizando el término “nosotros” para describirse a sí mismo y a Cuba. Rocha elogió además a Fidel Castro como el “Comandante”, y se refirió a sus contactos en la inteligencia cubana como sus “Compañeros” y a los servicios de inteligencia cubanos como la “Dirección”. Rocha describió su trabajo como agente cubano como “enorme ... Más que un grand slam”, y afirmó que lo que hizo “fortaleció la Revolución ... inmensamente”.