El Comité de Política Monetaria (Copom) de Brasil anunció este miércoles una nueva reducción de 0,5 puntos porcentuales del tipo de interés básico de la economía, la tasa Selic, para situarla en el 10,75% anual, informó la Agencia Brasil.
La medida estuvo en línea con lo esperado en círculos financieros, pero suscitó no obstante fuertes críticas. La decisión se tomó dado el comportamiento de los precios, se explicó también.
El Copom dijo en un comunicado que sólo debería hacer una nueva reducción de 0,5 puntos en su próxima reunión de mayo, lo que aumenta las posibilidades de que la autoridad haga una pausa en el ciclo de recortes a partir de junio. En textos anteriores, el organismo indicó que continuaría con las reducciones en las próximas reuniones.
Según el comunicado, el escenario para la inflación se mantiene sin cambios, con riesgos tanto al alza como a la baja. Entre los factores que podrían elevar la inflación se encuentran la persistencia de las presiones inflacionistas mundiales y el calentamiento del sector servicios. Entre los posibles factores a la baja están una ralentización mayor de lo previsto de la economía mundial y un impacto mayor de lo esperado de las subas de tipos de interés en otros países.
El tipo está en su nivel más bajo desde marzo de 2022, cuando también estaba en el 10,75% anual. De marzo de 2021 a agosto de 2022, el Copom subió la Selic 12 veces consecutivas, en un ciclo de restricción monetaria que comenzó en medio del aumento de los precios de los alimentos, la energía y los combustibles. Durante un año, de agosto de 2022 a agosto de 2023, la tasa se mantuvo en 13,75% anual por siete veces consecutivas.
Antes del inicio del ciclo alcista, la Selic se había reducido al 2% anual, el nivel más bajo de la serie histórica iniciada en 1986. Debido a la contracción económica generada por la pandemia de Covid-19, el Banco Central había bajado el tipo para estimular la producción y el consumo. La tasa se mantuvo en el nivel más bajo de la historia desde agosto de 2020 hasta marzo de 2021.
La tasa Selic es el principal instrumento del Banco Central para mantener bajo control la inflación oficial, medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA). En febrero, el índice se situó en el 0,83% y acumula un 4,5% en 12 meses. Tras sucesivas caídas en los últimos meses, la inflación ha vuelto a subir ligeramente impulsada por los precios de alimentos y servicios educativos.
El tipo de interés básico se utiliza en la negociación de bonos del Estado en el Sistema Especial de Liquidación y Custodia (Selic) y sirve de referencia para otros tipos de interés de la economía. Al ajustarlo al alza, el Banco Central frena el exceso de demanda que presiona sobre los precios, ya que unos tipos de interés más altos encarecen el crédito y fomentan el ahorro. Para reducir la tasa Selic, la autoridad monetaria necesita estar segura de que los precios están bajo control y no corren peligro de subir. En su último Informe sobre la Inflación, el Banco Central redujo su proyección de crecimiento para la economía en 2024 al 1,7%.
La tasa a 12 meses se sitúa exactamente en el techo del objetivo de inflación. Para 2024, el Consejo Monetario Nacional (CMN) fijó un objetivo de inflación del 3%, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales. El IPCA, por lo tanto, no podría superar el 4,5% ni caer por debajo del 1,5% este año.
En su Informe de Inflación de diciembre, el Banco Central mantuvo su estimación de que el IPCA cerraría 2024 en el 3,5% en el escenario base. La proyección, sin embargo, podría revisarse en la nueva versión del informe, que se publicará a finales de este mes.
Las previsiones del mercado son más optimistas que las oficiales. Según el boletín Focus, una encuesta semanal de instituciones financieras publicada por el Banco Central, se espera que la inflación oficial cierre el año en el 3,79%, por debajo del techo objetivo. Hace un mes, las estimaciones del mercado se situaban en el 3,82%. Según la última edición del boletín Focus, los analistas económicos prevén una expansión del PIB del 1,8% en 2023.
A pesar de todo, la decisión del Copom ha sido criticada por industriales y sindicatos que anhelaban recortes más audaces de los tipos de interés.
Es importante que el Banco Central comprenda la realidad brasileña y haga su contribución a la tan necesaria reducción de los costes financieros soportados por las empresas, que se acumulan a lo largo de las cadenas de producción, y por los consumidores. Sin este urgente cambio de actitud, será más difícil avanzar con la agenda de neoindustrialización, que consecuentemente anula las oportunidades de más prosperidad económica para el país, dijo el presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Ricardo Albán, en un comunicado.
No hay nada que celebrar, al contrario. Simplemente significa que el Banco Central lleva años practicando una política monetaria perjudicial para el desarrollo del país. Porque, aunque haya alcanzado el nivel más bajo en dos años, la tasa sigue siendo alta y está frenando la economía brasileña, señaló en otro comunicado la presidenta de la Confederación Nacional de Trabajadores Financieros (Contraf-CUT) y vicepresidenta de la Central Única de los Trabajadores (CUT), Juvandia Moreira.
Para Força Sindical, la caída de 0,5 puntos en la tasa Selic es tímida e insuficiente para impulsar el consumo, crear empleo, mejorar el Producto Interior Bruto (PIB) y distribuir la renta. Un poco más de osadía traería enormes beneficios al sector productivo, generador de empleos e ingresos, que anhela un crecimiento significativo de la economía. El conformismo de los tecnócratas del Banco Central es absurdo, subrayó el presidente de la Fuerza, Miguel Torres.