El ministro brasileño Mauro Vieira inició el miércoles en Río de Janeiro la cumbre de dos días de ministros de Asuntos Exteriores del G-20, criticando la parálisis del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ante el número récord de conflictos en el mundo.
Las instituciones multilaterales están mal equipadas para hacer frente a los desafíos actuales, como demuestra la inaceptable parálisis del Consejo de Seguridad ante los conflictos en curso. Este estado de inacción implica directamente la pérdida de vidas inocentes. Brasil no acepta un mundo en el que las diferencias se resuelvan mediante el uso de la fuerza militar. Una parte muy significativa del mundo ha optado por la paz y no acepta verse involucrada en conflictos impulsados por naciones extranjeras. Brasil rechaza la búsqueda de hegemonías, viejas o nuevas. No nos interesa vivir en un mundo fracturado, declaró el ministro, citado por la Agencia Brasil.
Es completamente irracional que el mundo supere cada año la marca de los 2 billones de dólares en gastos militares. A modo de comparación, los programas oficiales de ayuda al desarrollo permanecen estancados en torno a los 60.000 millones de dólares anuales, menos del 3% del gasto militar, añadió.
Si la desigualdad y el cambio climático son realmente amenazas existenciales, no puedo evitar sentir que nos faltan acciones concretas en estos temas, dijo, dado que los desembolsos para este fin en el marco del Acuerdo de París apenas alcanzan los 100.000 millones de dólares anuales.
Vieira también subrayó que Brasil pretende dar prioridad a las cuestiones sociales, incluida la lucha contra el hambre en el mundo, durante su presidencia del G20, que se extiende hasta el 30 de noviembre de 202.
Me gustaría hacer un llamamiento a todos ustedes para que presten especial atención y apoyen las discusiones en curso para lanzar una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, una prioridad clave de nuestra presidencia del G20. Mi país desea contar con el apoyo de todos los miembros, países invitados y organizaciones internacionales para que, en la Cumbre de Líderes que se celebrará en Río de Janeiro el próximo mes de noviembre, las veinte mayores economías del mundo puedan anunciar una contribución efectiva a la erradicación del hambre en el mundo, afirmó la ministra.
En otras intervenciones, la mexicana Alicia Bárcena subrayó que la paz no se encuentra en la fuerza, sino en la igualdad, la justicia y el derecho.
El Alto Representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó que el G20 sigue siendo un foro fundamental para abordar los complejos desafíos globales actuales. Mientras el mundo asiste a enfrentamientos y escaladas, debemos demostrar que el multilateralismo funciona en tiempos de crisis, subrayó en las redes sociales.
Vieira también dio la bienvenida a sus colegas del G-20 Diana Mondino (Argentina), Sergei Lavrov (Rusia), Stéphane Sejourné (Francia); Sameh Shoukry (Egipto), Retno Lestari Priansari Marsudi (Indonesia) y el viceprimer ministro chino Ma Zhaoxu, entre otros.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino declaró el miércoles que el objetivo del foro del G20 era debatir cuestiones de cooperación económica mundial y que no debía utilizarse como plataforma para amplificar diferencias geopolíticas.
La página web del G20 en Brasil enumeraba varios temas a debatir, entre ellos la situación en Oriente Medio y la ofensiva rusa en Ucrania, situaciones que, según la página web, han provocado la preocupación internacional por la crisis humanitaria y las consecuencias geopolíticas y económicas de los conflictos.
Sin embargo, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín, Mao Ning, afirmó que estas cuestiones nunca fueron competencia del G20. El G20 es el principal foro de cooperación económica internacional y no una plataforma para resolver cuestiones geopolíticas y de seguridad, afirmó Mao en rueda de prensa. Este es un consenso del G20, afirmó, añadiendo que espera que la reunión de ministros de Asuntos Exteriores contribuya al crecimiento económico mundial.
El miércoles, Moscú se opuso a que la seguridad de Ucrania figurara en la agenda de la cumbre, afirmando que el asunto no era esencial para el G20. La delegación rusa desea llamar especialmente la atención de los socios sobre la inaceptabilidad de politizar el G20, que, según su mandato, fue diseñado para centrarse estrictamente en los desafíos socioeconómicos.
En declaraciones al diario brasileño O Globo, Lavrov afirmó que Rusia está abierta a resolver el conflicto de forma pacífica, pero que es necesario abandonar las políticas rusófobas de Kiev y del Occidente colectivo.