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Buenos Aires: Dos detenidos en la primera manifestación masiva contra el Gobierno

Las dos detenciones se produjeron “por agredir al personal policial” tras enfrentamientos entre manifestantes y agentes del orden

Dos personas fueron arrestadas este miércoles en Buenos Aires mientras grupos de izquierda realizaban un acto en la Plaza de Mayo para conmemorar otro aniversario de los asesinatos de manifestantes en 2001 durante el levantamiento contra el entonces presidente Fernando de la Rúa, quien finalmente renunció.

Pero también fue una prueba de fuerza para el gobierno del presidente Javier Milei antes de las medidas que se anunciarían más tarde y que muchos temen que impacten aún más a los consumidores argentinos, que ya han sido golpeados por una fuerte devaluación y aumentos exorbitantes de precios desde que la nueva administración asumió el 10 de diciembre.

Las dos detenciones se produjeron “por agredir al personal policial” tras enfrentamientos entre manifestantes y agentes del orden, según fuentes gubernamentales citadas por medios locales.

Los arrestos se llevaron a cabo conforme al nuevo protocolo antidisturbios de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que establece que los manifestantes no entorpezcan el tránsito y circulen por zonas exclusivas para peatones.

En ese escenario, los movimientos populares afirmaron que además de levantarse contra el ajuste económico de Milei, marchaban “en defensa del derecho a la protesta”.

“En unidad, decenas de organizaciones populares, sindicales, piqueteras, estudiantiles, ambientalistas y de derechos humanos se movilizaron para enfrentar el plan de ajuste y miseria de (Javier) Milei y el FMI”, dijeron los líderes de la protesta desde un escenario en Plaza de Mayo.

También calificaron el plan del actual gobierno como “una declaración de guerra contra los derechos laborales, sociales y democráticos de los trabajadores y el pueblo”. También destacaron la importancia de la “educación, la salud pública, la ciencia y la tecnología” financiadas con fondos públicos.

Milei, Bullrich y la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, monitorearon todo el proceso desde la sede de la Policía Federal.

Tras la movilización, Bullrich explicó que “el único herido” fue “un miembro de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires”. También insistió en que ningún civil había sido lastimado.

Al mismo tiempo se garantizó la “libre circulación en todo el país”, añadió. “Con este nuevo gobierno hemos iniciado una forma diferente de afrontar los piquetes permanentes, los bloqueos permanentes de calles que sufre la Argentina desde hace más de 20 años”, dijo Bullrich, quien también subrayó que en ocasiones anteriores los alborotadores confundieron una demanda legítima ”con una acción que no hace nada” y causó estragos.

“Hoy también dimos un paso importante, junto con el Ministerio de Capital Humano, al advertir a los ciudadanos que tienen planes sociales (asignaciones)... que las cosas han cambiado, ya no hay líderes dueños de los planes, y que no deben responder a cualquiera”, prosiguió. “La gente es libre”, subrayó Bullrich.

El portavoz presidencial Manuel Adorni dijo que se recibieron más de 8.900 denuncias telefónicas en la línea 134, abierta para reportar amenazas de líderes sociales contra quienes se negaran a participar en la marcha.

Adorni dijo que estas personas tenían miedo de perder sus negocios como intermediarios de los mecanismos de subsidio social financiados por el estado.

“Todas las organizaciones que hoy convocan a la marcha son las que efectivamente actúan como intermediarias entre el plan social y el beneficiario. Entendemos que detrás de esto hay un gran negocio. Y por eso los motivos de la marcha son precisamente el miedo a perder ese negocio”, dijo Adorni.

El Polo Obrero maneja una cuenta importante, “por supuesto siempre extorsionando y maltratando a la gente que necesita los planos y que realmente tiene necesidades”, añadió el portavoz.

También recordó que Petovello había advertido que quien bloquea la calle no cobra. Al mismo tiempo, el gobierno daría prioridad a la asignación directa de ayuda para evitar intermediarios.