El Ministro de Relaciones Exteriores brasileño Mauro Vieira se mostró muy crítico con la actuación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en relación con la actual guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás. Fracasamos, dijo el máximo diplomático del país que preside actualmente el órgano, informó la Agencia Brasil.
Vieira criticó duramente la demora del Consejo en aprobar una resolución sobre el conflicto entre Israel y el grupo islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza en Oriente Medio. En una reunión celebrada el lunes por la tarde, Vieira criticó la postura de algunos países que, según él, utilizan el Consejo para objetivos personales en lugar de proteger a los civiles en Oriente Medio.
Desde el 7 de octubre nos hemos reunido varias veces y hemos votado cuatro resoluciones. Sin embargo, seguimos estancados, debido a desacuerdos internos, sobre todo entre los miembros permanentes, y gracias a la persistente utilización del Consejo para lograr sus propios fines en lugar de poner la protección de los civiles por encima de todo, afirmó. Todo el mundo está viendo nuestra incapacidad para unirnos y responder a una crisis que nos desafía, añadió.
Brasil, que preside el Consejo en octubre, intentó sacar adelante una resolución durante varios días, escuchando a varios países. Pero el 18 de octubre, cuando el texto se sometió a votación, fue vetado por Estados Unidos, uno de los miembros permanentes.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene cinco miembros permanentes: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. Los demás forman el consejo rotatorio. Para que una resolución sea aprobada, necesita el apoyo de nueve de los 15 miembros totales, y ninguno de los miembros permanentes puede vetar el texto. Además de la propuesta presentada por Brasil, Estados Unidos presentó su versión, que fue vetada por los rusos, quienes, a su vez, vieron vetadas sus dos propuestas por Estados Unidos y el Reino Unido.
Los diversos intentos infructuosos de presentar una posición común alimentaron las críticas de Vieira. Presidía la reunión, pero antes de leer su discurso siguiendo las directrices del presidente Lula, pidió a sus colegas que le disculparan y habló como el canciller brasileño.
Desde la última vez que hablé ante este Consejo, la semana pasada, el número de niños muertos ha aumentado en miles. Mientras tanto, el Consejo de Seguridad celebra reuniones y escucha discursos, sin ser capaz de tomar una decisión fundamental: poner fin al sufrimiento humano, afirmó. Según él, el Consejo ha fracasado reunión tras reunión a la hora de dar prioridad a la vida de los civiles.
Mientras miles de israelíes y palestinos lloran a sus seres queridos, mientras los israelíes agonizan por la suerte de los rehenes, mientras Gaza sufre ante la implacable operación militar que está matando a civiles, incluido un número intolerable de niños, tenemos los medios para hacer algo y, sin embargo, una y otra vez, fracasamos, insistió Vieira.
En un discurso directo y crítico, Vieira también pidió el fin de las hostilidades y el acceso a la atención médica para las víctimas civiles en la Franja de Gaza. Señaló que, en tres semanas de conflicto, ya ha habido 8.000 muertos, 3.000 de ellos niños. En un momento de su discurso, el ministro de Asuntos Exteriores citó a Hamás como responsable de reavivar la crisis en la región con acciones terroristas.
Añadió que aún puede haber tiempo para que el Consejo de Seguridad adopte una postura en favor de los civiles y en contra de las hostilidades en la región. Si no es ahora, ¿cuándo? ¿Cuántas vidas más se perderán antes de que pasemos por fin de la retórica a la acción?, concluyó.
En las últimas semanas, el Consejo ha sido testigo de una disputa entre Estados Unidos y Rusia por el protagonismo del discurso. Mientras los estadounidenses, apoyados por el Reino Unido, exigen una resolución que garantice a Israel, su aliado, el derecho a responder a los ataques que ha sufrido, Rusia propone un alto el fuego pero no menciona a Hamás. Los rusos tampoco condenan al grupo islamista por las acciones que iniciaron el último capítulo del histórico conflicto en la región.
Como ambos tienen poder de veto, siempre existe la posición de uno en contra de la resolución apoyada por el otro. En la resolución presentada por Brasil, que tenía más posibilidades de ser aprobada, Rusia se abstuvo. En este caso, dependía de Estados Unidos anular el texto.
(Fuente: Agencia Brasil)