Las autoridades del estado norteamericano de Maine informaron este viernes que Robert Card, el presunto autor de los tiroteos que dejaron 18 muertos y decenas de heridos a última hora del miércoles, ha sido hallado muerto.
Ya no existe ninguna amenaza en Maine, ya que Card ha sido localizado y ha fallecido, declaró la cadena NBC Boston. Card fue hallado muerto con una herida autoinfligida, se explicó también. El cuerpo de Card fue hallado en un bosque cerca de Lisbon, a unas ocho millas de Lewiston, cerca de un centro de reciclaje en el que había trabajado anteriormente.
Se está dedicando una enorme cantidad de personal policial, tiempo y esfuerzo las 24 horas del día para encontrar al principal sospechoso, declaró en rueda de prensa el jefe de policía de la ciudad de Lewiston, David St. Pierre.
El comisario de Seguridad Pública de Maine, Michael Sauschuck, dijo que se habían desplegado varios equipos por tierra, agua y aire a lo largo del río Androscoggin, en las localidades de Lisbon y Lewinston, donde se produjeron los incidentes y donde se había encontrado un coche que presumiblemente pertenecía a Card.
El miércoles por la noche, se instó a los residentes de Lewiston, una ciudad de 36.000 habitantes, la segunda más grande de Maine, a que permanecieran en sus casas, ya que se decía que Card, de 40 años, armado y peligroso, andaba suelto. Sauschuck había advertido a la población de que Card era un reservista del Ejército posiblemente capaz de sobrevivir huyendo y seguía siendo una amenaza.
Esta nueva masacre, una de las más mortíferas desde Las Vegas en 2017, se suma a la larga lista de tiroteos en Estados Unidos, donde las leyes permiten comprar armas fácilmente. Estados Unidos tiene más armas que habitantes: uno de cada tres adultos posee al menos un arma y casi uno de cada dos vive en una casa donde hay un arma.
Dejando a un lado los suicidios, este año han muerto más de 15.000 personas a causa de la violencia armada en todo el país, con 565 tiroteos en 10 meses, según el Gun Violence Archive (GVA).
Sauschuck declinó responder a preguntas sobre las advertencias que la policía pudo haber recibido sobre Card antes de los tiroteos y si justificaban la activación de la ley estatal de bandera amarilla, que permite a la policía quitar las armas a enfermos mentales o personas violentas.