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Cárcel paraguaya recupera normalidad - un interno muerto
Peña confirmó que todos los rehenes fueron liberados Las autoridades paraguayas han recuperado el control de la cárcel de Tacumbú, donde el alcaide y unos 22 guardias permanecían de rehenes el miércoles, se informó en Asunción.
Según expertos locales, el motín estalló debido a cambios en las posiciones jerárquicas de la prisión que -se sabe- es gobernada de facto por el llamado clan Rotela y que los reclusos pertenecientes a esa organización criminal tienen incluso las llaves de los pabellones.
“Hubo cambios que se produjeron y afectaron al mundo interno de la cárcel, quienes tenían que ver con los sistemas de recaudación fueron reemplazados”, lamentó el experto Roque Orrego, quien además señaló que unos 2.800 presos están alojados en un lugar con capacidad para 400.
La crisis dejó como saldo la muerte de José Carlos Giménez, un recluso de 35 años. Según el médico forense Pablo Lemir, la causa de la muerte fue una profunda puñalada que alcanzó la aorta abdominal. “La herida penetró en lo que se conoce en medicina como hipocondrio izquierdo, que estaría por debajo del lado izquierdo de la caja torácica”, dijo Lemir. “Esta única herida es tan profunda que afecta a la aorta abdominal, la aorta es la arteria principal que sale del corazón y distribuye la sangre a todo el cuerpo”, detalló el forense. Giménez cumplía una condena por robo agravado desde 2014 y debía salir en libertad en 2026.
Armando Javier Rotela, de 40 años, es considerado el criminal paraguayo más peligroso de la actualidad. El Clan Rotela es una organización criminal conducida desde la cárcel de Tacumbú, donde cumple una condena de 19 años por narcotráfico. También se le conoce por el apodo de “zar del crack”.
Rotela reclutaba jóvenes y les facilitaba motocicletas para vender la sustancia, lo que comenzó a reportarle réditos económicos. Era protegido por sus vecinos, que lo consideraban un hombre generoso que ayuda a la comunidad.
Su personalidad serena puede mutar en el más sanguinario de los personajes, capaz de idear una masacre y ordenar muertes desde su celda. “La Jungla” es el brazo armado del Clan Rotela que protege su integridad dentro de la prisión y ejecuta crímenes fuera de ella.
Cuando Santiago Peña asumió la Presidencia de la República, nombró a Ángel Ramón Barchini como ministro de Justicia, y desde el inicio de su gestión sintió el peso de la influencia de Rotela.
Según el criminólogo Juan Martens, siete días después de asumir el cargo, el ministro Barchini tuvo que ceder a las presiones del clan Rotela para cambiar al director del penal de Tacumbú, nombrando a Adán Jesús González Álvarez en lugar de Pedro Rafael Farías Espínola.
El poder del clan quedó demostrado tras encenderse la mecha cuando el titular del Ministerio de Justicia declaró que el suboficial Oliver Daniel Lezcano, procesado por el asesinato del jefe militar Javier Ríos, fue secuestrado y asesinado por miembros del grupo criminal, y luego anunció un plan para recuperar el control de los penales que tendría un “costo en vidas humanas”.
El presidente Peña dijo el miércoles que su gobierno “no negociará” con los reos del Clan Rotela.
”No estamos para negociar con gente que está privada de su libertad (...) No podemos usar (como pretexto) la insuficiencia de la seguridad penitenciaria, no podemos ceder a estos pretextos de delincuencia y crimen organizado (...) Mantuvimos comunicación con ellos a través del viceministro de Política Criminal, Rodrigo Nicora“, dijo Peña.
El Jefe de Estado también se comprometió a ”mejorar las condiciones de vida“ de los internos y a profesionalizar al personal penitenciario, al tiempo que minimizó la situación, asegurando que no se trata de ”una crisis“, sino de un problema que dejó el anterior gobierno de Mario Abdo Benítez.
”Esto no es algo nuevo, llevamos años trabajando. Hace años que sabemos que es un penal superpoblado. Tenemos miles de internos, de los cuales sólo mil tienen sentencia. Esto no afecta sólo al Poder Ejecutivo. Para un problema complejo hay que encontrar una solución compleja“, dijo.
”La población penitenciaria está por encima de la capacidad de infraestructura, el personal penitenciario no tiene las condiciones, las herramientas que necesita”, argumentó Peña.
También confirmó que los guardias penitenciarios y las mujeres que permanecían secuestradas ya fueron liberados, aunque no reveló cómo.
Durante una conferencia de prensa, Peña también respaldó al ministro Barchini, pese a las críticas en su contra desde dentro y fuera de Tacumbú.
