Las autoridades ecuatorianas confirmaron el martes que el número de reclusos muertos en enfrentamientos en cárceles de todo el país desde el 22 de julio había ascendido a 31. Ante este escenario, el presidente Guillermo Lasso declaró el estado de excepción en todos los centros penitenciarios por 60 días, mediante el cual unos 2.700 agentes del orden realizaron un operativo de control en los recintos, se anunció.
Tras ese despliegue, la Fiscalía pudo proceder al levantamiento de cadáveres y recolección de evidencias.
El número de heridos también se elevó a 14, entre ellos un policía, según el último informe de la Fiscalía sobre los hechos ocurridos en la Penitenciaría de Guayaquil.
El ministro del Interior, Juan Zapata, dijo que con el uso de la fuerza coercitiva el Estado recuperará la tranquilidad y la paz de los ecuatorianos.
Comenzó la rotación de presos en los pabellones. La fuerza del Estado jamás se doblegará, agregó.
La última masacre fue un enfrentamiento entre las bandas criminales Los Tiguerones y Los Lobos, que rompieron una tregua hace unas semanas, según se informó. Al mismo tiempo, grupos de presos iniciaron una huelga de hambre en otras 12 cárceles del país, manteniendo como rehenes a 137 guardias, de los cuales 120 fueron liberados el martes.
El decreto de Lasso prevé la intervención de las Fuerzas Armadas en el interior de las prisiones, una actuación excepcional, temporal, subsidiaria y exclusiva en caso de graves alteraciones del orden. La medida también contempla la suspensión del derecho a la inviolabilidad de la correspondencia y a la libertad de reunión de los reclusos.
En medio de la creciente violencia en Ecuador, dos periodistas que investigaron la presunta implicación de Lasso en una trama de corrupción que condujo a su proceso de destitución tuvieron que abandonar el país tras recibir numerosas amenazas, según confirmó la ONG Fundamedios. Mónica Velásquez y Andersson Boscán, cofundadores del medio digital La Posta, publicaron en enero un artículo titulado El Gran Padrino en el que destapaban una supuesta red de corrupción urdida por el cuñado de Lasso, Danilo Carrera.
Durante su juicio político, Lasso se declaró inocente. Dos días después disolvió el Congreso y convocó elecciones generales anticipadas para el mes próximo.
En las últimas semanas, Velásquez y Boscán alertaron sobre una supuesta persecución en su contra. Tras varias amenazas de atentados contra su integridad física y personal, abandonaron Ecuador rumbo a un país seguro, señaló Fundamedios en un comunicado.
Según la ONG que vela por los derechos de los periodistas, Velásquez y Boscán fueron advertidos por inteligencia extranjera sobre un grupo de mafiosos albaneses que llegó al país en los últimos días de la semana pasada con la orden de atentar contra sus vidas y las de otras personas.
La Posta dijo que sus trabajadores eran blanco de un vendaval de represalias por parte del Ejecutivo, en evidente venganza. Este año, otros dos periodistas huyeron de Ecuador por amenazas: Karol Noroña, del portal GK, y Lissette Ormaza, del informativo Majestad Televisión.