Las autoridades ecuatorianas confirmaron el martes que el número de reclusos muertos en enfrentamientos en cárceles de todo el país desde el 22 de julio había ascendido a 31. Ante este escenario, el presidente Guillermo Lasso declaró el estado de excepción en todos los centros penitenciarios por 60 días, mediante el cual unos 2.700 agentes del orden realizaron un operativo de control en los recintos, se anunció.