Argentina entregó el martes la Presidencia Pro Tempore del Mercosur a Brasil y Uruguay se negó a firmar la declaración conjunta tras la 62 Cumbre del bloque en la ciudad argentina de Puerto Iguazú, en la nororiental provincia de Misiones.
Es un honor entregar la Presidencia Pro Tempore del Mercosur a un amigo, Luiz Inácio da Silva, dijo el argentino Alberto Fernández. Sé que liderarás con convicción y lucidez. Tus desafíos son nuestros desafíos. Tus decisiones son nuestras decisiones. Y te acompañaré en este próximo semestre, añadió. Sin embargo, al finalizar el semestre, dejará de ser Presidente.
Me dedicaré a tratar las principales demandas y divergencias sociales que tenemos porque no hay posibilidad de avanzar si no estamos unidos, argumentó Lula.
Necesitamos concretar un acuerdo efectivo del Mercosur con la Unión Europea, tratando de establecer la mejor relación posible, además de buscar otros acuerdos, agregó.
Los presidentes renovaron el compromiso del Mercosur con el fortalecimiento de la democracia, el Estado de Derecho y el respeto a los derechos humanos, y destacaron la importancia de la agenda económica, comercial, social y cultural del bloque en beneficio de sus ciudadanos, reza el documento final firmado por Fernández, Lula Da Silva y Abdo Benítez.
Los tres mandatarios también criticaron el unilateralismo de Uruguay en las negociaciones con otros bloques o naciones. Uruguay tiene una visión que viene sosteniendo desde hace tiempo el presidente Lacalle, que persiste en la idea de que los socios del Mercosur pueden negociar autónomamente, y de alguna manera expresa esa diferencia no firmando la decisión, pero es una decisión que conocemos, dijo Fernández durante una rueda de prensa.
Durante la reunión, los presidentes renovaron el compromiso del Mercosur con el fortalecimiento de la democracia, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos, y destacaron la importancia de la agenda económica, comercial, social y cultural del bloque en beneficio de sus ciudadanos, reza el documento final firmado por Fernández, Lula y Abdo Benítez, quienes coincidieron en la necesidad de abrir un espacio de reflexión política sobre la modernización del bloque, incluyendo el fortalecimiento de la agenda interna para una mayor integración de sus economías, así como la estrategia de inserción internacional, sobre bases consensuadas y solidarias para enfrentar los desafíos de un escenario mundial en transformación, afectado por alteraciones significativas en el mapa de la producción y el empleo, con efectos visibles en la reconfiguración de las cadenas globales de valor.
El disenso de Uruguay no es nuevo. El país no firmó el documento final de la anterior cumbre de Montevideo y lleva tiempo insistiendo en una mayor flexibilidad dentro del Mercosur para que cada miembro pueda cerrar acuerdos comerciales sin que el resto del bloque lo apruebe.
Fernández volvió a insistir en la necesidad de que el grupo se integre en el mundo no sólo como proveedores de materias primas sino también como exportadores de productos elaborados y señaló que el TLC (Tratado de Libre Comercio) con la UE debe ser un acuerdo justo para todas las partes: Nadie puede condenarnos a ser proveedores de materias primas que otros industrializan y luego nos venden a precios exorbitantes. Una visión que no se dé cuenta de la dimensión de lo que estoy diciendo aquí podría llevar a algunos a pensar que así no alcanzaremos los estándares de libre comercio que algunos socios pretenden, dijo.
”La presentación de nuevas exigencias en materia ambiental (...) presenta una visión parcial del desarrollo sostenible, centrada en lo ambiental, sin registro de las tres dimensiones de la sostenibilidad, agregó Fernández.
Por su parte, Lula se comprometió a concluir las negociaciones, pero pidió a los demás líderes una respuesta rápida y contundente a las inaceptables exigencias medioambientales presentadas por Bruselas en marzo, que calificó de amenazas.
Los socios estratégicos no negocian sobre la base de la desconfianza y la amenaza de sanciones. Es imperativo que el Mercosur presente una respuesta rápida y contundente, subrayó Lula al tiempo que defendió la adopción de una moneda común para las operaciones de compensación entre los países del Mercosur, lo que contribuirá a reducir costes y facilitará aún más la convergencia.
Lacalle Pou defendió que las medidas unilaterales de su país no son caprichosas.
El mundo sigue cambiando. Se generan nuevas necesidades y oportunidades (...). Nuestra región está cambiando y tiene una oportunidad única no sólo por las materias primas sino también por la inteligencia de nuestra gente”, dijo el presidente de Uruguay.