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Avión de los antiguos vuelos de la muerte vuelve a territorio argentino
El antiguo avión de la Guardia Costera ya se encuentra en territorio argentino. Su último vuelo será a Buenos Aires el lunes El Shorts Skyvan PA-51 de fabricación británica utilizado por la dictadura militar argentina para arrojar vivas al mar a tres Madres de Plaza de Mayo y dos monjas francesas en uno de los llamados “vuelos de la muerte” en 1977 aterrizó el viernes en Tucumán y se espera que el lunes esté en Buenos Aires para ser incorporado a un museo.
“El avión es algo tenebroso para nosotros, pero al haberlo encontrado e identificado, no podemos permitir que siga volando”, dijo a la AFP Mabel Careaga, una de las promotoras de la repatriación de la aeronave que perteneció a la Prefectura Naval y terminó en manos de una empresa privada estadounidense que realizaba vuelos de paracaidismo.
Mabel Careaga es hija de Esther Ballestrino, quien fue arrojada al mar desde ese avión militar junto a las otras fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor y María Ponce, las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y otros siete activistas el 14 de diciembre de 1977.
“Es demasiado horroroso imaginar a mi madre allí”, dice Careaga, que junto a Cecilia de Vicenti, de 62 años, hija de Azucena, espera que el artefacto sea exhibido en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada, un centro clandestino de detención donde estuvieron unos 5.000 presos y que hoy es el Museo de la Memoria ExESMA, en Buenos Aires.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Gobierno pero genera rechazo en algunos organismos de derechos humanos que prefieren “no hacer un show de la muerte”.
“El avión es parte de la historia, que es dolorosa, pero hay que contarla como fue”, respondió De Vicenti.
El grupo de secuestrados había sido identificado por el ex marino Alfredo Astiz, infiltrado en la organización Madres de Mayo y que hoy cumple cadena perpetua.
“Si hubo vuelos de la muerte, tiene que haber habido aviones”, fue el argumento que llevó a buscar en los registros de la aviación militar y otros documentos, dijo a la AFP una de sus promotoras, la periodista Miriam Lewin, sobreviviente de la ESMA.
Fue posible localizar seis aviones mencionados por el ex oficial de la Armada Adolfo Scilingo, el primero en admitir su participación en los vuelos de la muerte, condenado en 2005 a 640 años de cárcel por la justicia española.
Tres de esos aviones estaban en Argentina, pero irrecuperables. “De los otros tres, el más accesible estaba en Miami, uno estaba en manos de las fuerzas armadas británicas y el otro en Luxemburgo”, recuerda Lewin.
El de Miami resultó ser el Skyvan PA-51, el del vuelo del 14 de diciembre de 1977. En 2007 fue utilizado por una empresa de mensajería entre las Bahamas y Fort Lauderdale.
La aeronave conservaba el historial de vuelo y del piloto, pero interpretar los diarios de a bordo no era fácil. “Seguía habiendo un pacto de silencio”, explica Lewin.
El piloto profesional y cineasta Enrique Piñeyro analizó la documentación, descubrió entre 10 y 15 vuelos sospechosos y llevó la denuncia a los tribunales.
“El avión es una cabina sin puerta. Tendrá seis o siete metros de altura. Allí amontonaban todos los cuerpos medio anestesiados con pentotal, con cinismo lo llamaban 'Pento-naval'. Es algo espantoso. Cuando miras esa caja, ese avión, dices: Dios mío, cómo habrá sido esto”, dijo Piñeyro a la AFP.
La investigación sobre el avión fue prueba en el juicio que en 2017 condenó a cadena perpetua a dos de los tres pilotos que volaron en 'Los 12 de la Santa Cruz'. El tercero murió poco antes del veredicto.
Los Skyvan realizaron más de 200 vuelos nocturnos entre 1976 y 1978, según los registros de la Prefectura. También hubo vuelos de otras fuerzas armadas. “Esto es lo más perverso. En los 'vuelos', los desaparecidos desaparecían por completo. Los militares genocidas querían destruir todas las pruebas”, dice Lewin.
Pero un fuerte viento del sur arrojó a la orilla los restos de cinco personas. Un médico forense de la policía indicó que los cuerpos presentaban fracturas compatibles con caídas desde gran altura. Luego fueron enterrados en una fosa común en el cementerio de General Lavalle, a unos 300 km al sur de Buenos Aires. Los cuerpos no fueron identificados hasta 2005.
Tuvieron que pasar 15 años para que Mabel Careaga y Cecilia De Vicenti decidieran impulsar la repatriación del avión, con el apoyo de la Madre Fundadora de Plaza de Mayo-Línea, Taty Almeida. El ministro de Economía, Sergio Massa, dio el visto bueno. Pero la aeronave se había trasladado de Miami a Phoenix.
Tras varios meses de trámites, el avión partió de Chicago el 3 de junio.
(Fuente: AFP)
