El rompehielos argentino ARA Almirante Irízar arribó a la Base Marambio en la Antártida, único asentamiento argentino en el continente con facilidades para el aterrizaje de aviones, donde seis familias fueron trasladadas desde Río Gallegos para pasar el invierno en la Base Esperanza.
La base Marambio opera vuelos entre la Antártida y la Patagonia a través de aviones de transporte militar Hércules C-130. Las demás bases y campamentos científicos argentinos son atendidos desde allí con helicópteros Bell 212 de la Fuerza Aérea Argentina. De ahí que Marambio vea pasar regularmente investigadores, técnicos y personal logístico durante el verano.
La base y el aeródromo están construidos en una meseta de la isla Marambio a unos 200 metros sobre el nivel del mar, y debido a su escarpada costa, todo el combustible, suministros o personal que el Irízar tenía que dejar en esa base debió ser descargado a través de los helicópteros SeaKing del Comando de Aviación Naval que operan desde el buque.
El equipo que participó durante el verano en la base Esperanza en la construcción del nuevo laboratorio multidisciplinario y el personal que realizó tareas de recuperación de infraestructura en la Base Petrel descendieron de los helicópteros y caminaron en fila hacia el Hércules que los esperaba en la pista, explicó el corresponsal de Télam.
A la espera de abordar los mismos helicópteros estaban las familias que el rompehielos debía trasladar a la Base Esperanza y algunos investigadores que llegaron en el Hércules para alcanzar la nave que los llevaría a su punto de trabajo en el continente blanco.