Las autoridades ecuatorianas celebraron el miércoles la inauguración de la primera línea de metro de Quito, que por ahora no estará operativa. Es decir, los trenes no circularán hasta más adelante, pero las estaciones están abiertas para que la gente se acostumbre al nuevo sistema. Inducción estática, lo llaman.
La construcción comenzó en 2010 a cargo de la empresa española Acciona. Con un costo de US$ 2 061 millones, el sistema será operado por el consorcio formado por las empresas Metro de Medellín, de Colombia, y Transdev, de Francia, hasta 2028.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, oficializó la inauguración en una ceremonia de bendición de los 18 trenes que conforman la flota en la zona de Talleres y Cocheras, en el sector sur de Quitumbe, donde se estacionan las unidades.
Hemos hecho realidad un sueño con un trabajo magistral. Estamos muy contentos porque esto va a revolucionar la movilidad en toda la ciudad, dijo el Alcalde.
Tras la bendición religiosa del miércoles, se espera que el nuevo sistema de transporte esté operativo en marzo de 2023.
Efraín Bastidas, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana Metro de Quito (EPMMQ), dijo a EFE que han desarrollado un trabajo de planificación, organización y mucha perseverancia para tener hoy un sistema de Metro seguro.
El servicio se introducirá en diferentes fases de inducción para que los pasajeros conozcan y se acostumbren al sistema Metro, explicó también. Bastidas señaló asimismo que la gente puede confundirse al principio y que los primeros trenes empezarán a rodar el 5 de enero para viajes de cortesía.
A partir de marzo habrá disponible una operación completa y paga.