La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), comparó este martes al tribunal con un pelotón de fusilamiento en sus últimas palabras antes de que se dicte sentencia en la causa que se le sigue por presuntos actos de corrupción durante su presidencia de dos mandatos (2008-2015) en relación con los gastos de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
Cuando hablé de lawfare fui muy generosa, dijo desde su despacho del Senado de la Nación. El veredicto del Tribunal Oral Federal 2 está previsto para el 6 de diciembre. Los sindicatos han prometido ir a la huelga si es condenada, alegando que no queremos otro Lula, en referencia a que el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva pasó más de un año en la cárcel tras ser condenado por corrupción en una sentencia que luego fue anulada, lo que le permitió presentarse de nuevo y finalmente ganar las elecciones con las que volverá al poder el 1 de enero.
CFK habló durante poco más de media hora el martes. Pensé que nunca un término judicial sería tan adecuado para definir este juicio y este tribunal, dijo sobre el uso en la jerga judicial de la expresión últimas palabras.
Este tribunal es un pelotón de fusilamiento. Durante 20 días mintieron, tergiversaron los hechos, y el alegato del fiscal [Diego] Luciani termina justo el mismo día 50 años después de un fusilamiento histórico, continuó.
Después del alegato de Luciani, una persona intentó matarme. El disparo no salió, la mujer que lo acompañó siguió al fiscal Luciani en las redes [sociales]. Una curiosa coincidencia, insistió CFK.
”Ustedes dirán: '¡Qué exagerado!'. Pero 12 días después de ese 1 de septiembre, el diario Clarín sale con esta tapa: La bala que no salió y el fallo que saldrá. Cuando estoy imputada en Comodoro Py [la calle porteña donde se encuentra el juzgado penal], la figura de la asociación ilícita y la prisión preventiva salen a discreción, orientadas hacia este espacio político (Frente de Todos) y hacia mí, continuó.
Sin embargo, cuando voy como víctima, se nota que la figura de asociación ilícita no existe. En Comodoro Py tal vez no se considera que mi muerte o asesinato no sea una figura de conmoción pública, argumentó.
Lo que se busca con la estigmatización es que nunca más nadie se atreva a hacer las cosas que hicimos, como el pago al FMI, la recuperación de las AFJP (administración privada de fondos de pensión) y también de YPF, agregó.
¿Ustedes creen seriamente que nuestro gobierno o nuestros gobernantes cometieron un fraude a la administración pública, un gobierno que entregó un país desendeudado cuando las condiciones de vida de la gente eran mucho más altas que hoy?, preguntó a sus potenciales espectadores.
Sin embargo, los que trajeron al [Fondo Monetario Internacional] FMI y 45.000 millones de dólares que no sabemos dónde están, no tienen ningún problema. Están en Qatar viendo el Mundial, dijo en una referencia implícita al ex presidente Mauricio Macri.
A continuación, CFK trajo a colación el concepto de Partido Judicial: Cuando desde las instituciones se forma un partido judicial para reemplazar al Partido Militar, hoy cumple ese rol, bloquear expresiones en democracia y estigmatizar y disciplinar a los dirigentes políticos en la Argentina, lo que no podría lograrse sin ayuda de las cadenas de noticias. La pata mediática es fundamental para que se pueda llevar a cabo como ocurrió durante el período militar. Siempre esa complicidad entre el Poder Judicial, los medios y los sectores antidemocráticos, subrayó CFK.
El partido militar fueron los militares, los que los apoyaron fueron los empresarios y los medios de comunicación que callaron y no fueron castigados; los que fueron castigados fueron los que derramaron sangre, argumentó.
CFK también publicó en las redes sociales lo que, según ella, son las veinte mentiras” del caso de la DNV.
Sostuvo que las decisiones sobre la inversión pública son de exclusiva responsabilidad de los órganos políticos y que no existe ninguna norma legal que establezca límites a su distribución. Agregó que el proceso cumplió con todos los controles legales y financieros y contó con la intervención de todas las oficinas competentes.
CFK también negó que el Congreso tuviera una participación marginal en la aprobación de las leyes de presupuesto e insistió en que los legisladores nunca fueron coaccionados para votar ciegamente a favor de los proyectos de presupuesto enviados desde el Ejecutivo entre 2004 y 2015.
También señaló que algunas de las obras cuestionadas fueron propuestas por la oposición durante los ejercicios 2010 y 2011 y votadas favorablemente por legisladores de la oposición, así como por el candidato a vicepresidente de 2019, Miguel Ángel Pichetto, quien en ese momento encabezaba el bloque de senadores del oficialismo antes de cambiar de partido.
En los argumentos posteriores, CFK describió que los fondos habían sido creados durante gobiernos anteriores al suyo o al de su fallecido esposo y negó que se haya presionado a algún funcionario para reorientar los recursos económicos a favor del empresario Lázaro Báez.
CFK también subrayó que tratos similares no fueron cuestionados cuando se hicieron entre el empresario Ángelo Calcaterra y Macri, al tiempo que señaló que los supuestos sobreprecios nunca fueron corroborados por peritajes, ya que la fiscalía nunca se molestó en solicitar esa prueba, mientras que la única valoración de ese tipo fue ofrecida por la defensa.
Por último, CFK afirmó que las obras no sufrieron retrasos injustificados ni presentaron deficiencias de construcción.