La Amazonia brasileña perdió 903,8 kilómetros cuadrados de bosque durante el mes de octubre de 2022, lo que equivale a un 3% más que en el mismo periodo del año pasado, informó el fin de semana el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales (INPE).
Esto equivale a 123.986 campos de fútbol, dijo Greenpeace Brasil.
Los últimos resultados constituyen un nuevo récord negativo para octubre, incluyendo las 4.586 alertas de deforestación enviadas por el sistema satelital que apoya estos análisis en tiempo real, señaló también el INPE.
En los primeros 10 meses de este año, 9.994 kilómetros cuadrados de vegetación nativa fueron arrasados, la tasa más alta desde que se empezaron a hacer mediciones en 2015, informó el INPE.
La devastación de la selva amazónica hasta octubre ya supera la de todo 2021, cuando fueron afectados 8.219 kilómetros cuadrados, añade la alerta.
El momento es crucial para la Amazonia, porque de ella depende el clima del mundo y, en consecuencia, la economía, la agricultura y la salud de todos los habitantes de este planeta, dijo André Freitas, de Greenpeace Brasil.
Tenemos que salir del ámbito de las promesas y pasar a la acción real, añadió.
Organizaciones ecologistas de todo el mundo han advertido de que la deforestación de la Amazonía brasileña está cerca de alcanzar un punto de no retorno, algo que se ha agravado durante el mandato del presidente Jair Bolsonaro.
Los informes mensuales del INPE se basan en imágenes de satélite del Sistema de Detección de Deforestación de la Amazonia Legal en Tiempo Real (Deter).