El presidente chileno, Gabriel Boric Font, ha presentado ante el Congreso un proyecto de ley para acabar con el sistema de administradoras de fondos de pensiones creado bajo el dictador Augusto Pinochet.
El mecanismo actualmente en vigor creó un método de capitalización individual que sustituye al modelo de reparto. A cada trabajador se le descuenta el 10% de su salario mensual a una cuenta personal gestionada por una de las siete Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) existentes, que obtienen enormes beneficios tras invertir estos ahorros en los mercados, que ascienden a cerca del 8% del PIB chileno.
Estos fondos se devuelven a los titulares de las cuentas cuando llegan a su edad de jubilación (60 años para las mujeres y 65 para los hombres).
Pero se cree que las inversiones de las AFP han beneficiado exclusivamente a las élites. Además, el sistema sólo funciona para quienes tienen un trabajo estable y un ingreso alto, algo impensable para la gran mayoría de los chilenos de hoy. En 2008 se hizo una reforma y se creó una pensión financiada por el Estado, dirigida al 60% más pobre que nunca había cotizado o que recibía pensiones muy bajas. El aporte estatal se incrementó en 2021 a 185.000 pesos mensuales (200 dólares).
Las AFP, en esta reforma, se terminan, dijo Boric, quien busca crear una agencia de administración de fondos públicos. En un mensaje a la población, el mandatario dijo que su reforma se basa en principios de seguridad social con aportes del Estado, los empleadores y los trabajadores.
Habrá nuevas gestoras de inversión privadas con el objetivo exclusivo de invertir los fondos de pensiones y, además, habrá una alternativa pública, que permitirá promover la competencia con la entrada de nuevos actores, dijo Boric.
Queremos así dejar atrás un sistema extremo, que no ha sido capaz de cumplir con las expectativas que se depositaron en él y que tiene reconocidas deficiencias, agregó.
En Chile, el 72% de las pensiones está por debajo del salario mínimo y uno de cada cuatro jubilados recibe una pensión que está por debajo de la línea de pobreza, insistió Boric.
Esto ocurre al mismo tiempo que las AFP reciben tremendas ganancias, a pesar de que los resultados y la rentabilidad de los fondos son negativos, señaló también.