Un equipo técnico encabezado por el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) Marco Lavagna se dirige a París para renegociar la deuda de casi 2.500 millones de dólares que Argentina tiene con 24 organismos y con bancos de 16 naciones.
Lavagna y el asesor jefe del Ministerio de Economía, Leonardo Madcur, deben preparar el terreno para cuando el superministro Sergio Massa viaje en noviembre a cerrar un acuerdo con el Club de París. Argentina espera negociar con el Club de París una extensión de los plazos de devolución y una reducción de la tasa de interés tras pagar unos 417 millones de dólares entre julio de 2021 y febrero de 2022.
El Gobierno también llegó a un acuerdo con el Club en mayo para posponer los pagos hasta el 30 de septiembre de 2024, mientras avanzan las negociaciones para reestructurar esos compromisos.
Los principales acreedores del Club de París son Alemania, Japón, Países Bajos, España, Italia y Estados Unidos.
La misión argentina busca mejores resultados diplomáticos cuando el crecimiento mundial está prácticamente detenido y las tensiones geopolíticas aumentan.
Después de recaudar unos 5.000 millones de dólares soja, el Banco Central también recibió la semana pasada 700 millones de dólares de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para alcanzar los 7.000 millones de dólares de reservas.
Sin embargo, la producción agrícola se ralentizará inevitablemente como consecuencia de una persistente sequía, que se verá mitigada de alguna manera por un aumento del precio del trigo cuando haya mucho menos que vender, ya que se espera que la cosecha caiga en torno al 6%. Aunque los precios han repuntado este año como consecuencia de la guerra en Ucrania, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que los productos básicos no energéticos caerán un 6,2% en 2023 (tras un aumento del 7,3% en 2022).
El FMI advirtió en su último informe Perspectivas de la Economía Mundial de octubre que lo peor está por llegar.