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Citan a embajadora boliviana en por supuestos comentarios irritantes para Irán
Pérez habría descalificado la protesta de las mujeres iraníes durante una visita a una fábrica de tractores en la ciudad de Tabriz El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia pidió este lunes a la embajadora del país en la República Islámica de Irán que presente un informe tras versiones de prensa que indican que podría haber hecho comentarios irritantes para Teherán.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores informa a la opinión pública que la representante diplomática fue convocada por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia para que se presente de inmediato en la ciudad de La Paz, a fin de recibir un informe y evaluar las circunstancias”, dice un comunicado de la Cancillería.
La embajadora Romina Pérez habría descalificado la protesta de las mujeres iraníes durante una visita a una fábrica de tractores en la ciudad de Tabriz.
Pérez difundió un vídeo en el que asegura que sus declaraciones fueron “manipuladas de forma tendenciosa”.
“No hice ninguna declaración condenando las marchas feministas en Irán”, dijo también.
Según un medio iraní, Pérez dijo que “nuestro gobierno condena los recientes disturbios en Irán que son orquestados por los sionistas británicos y estadounidenses. Estamos seguros de que todos los problemas se resolverán con la solidaridad y la sabiduría del querido Líder de Irán”.
La embajadora dijo que nunca se refirió a las protestas de las mujeres y que sus declaraciones fueron distorsionadas y que “en ningún momento” mencioné ninguna postura del Gobierno boliviano, por respeto al principio de no injerencia y soberanía “que es un pilar fundamental de la política exterior boliviana”.
”Estoy realizando las gestiones correspondientes para que los medios de comunicación que distorsionaron mis declaraciones (...) rectifiquen el contenido publicado para evitar más confusiones”, agregó.
El 13 de septiembre, Mahsa Amini, una mujer iraní de 22 años, fue detenida por la Policía de la Moralidad en Teherán por no llevar un velo que le cubriera la cara, como establece el código de vestimenta de las mujeres en Irán. Tres días después, murió en un hospital, desencadenando una ola de protestas feministas. El gobierno iraní dijo que había muerto porque tenía una enfermedad subyacente, lo que desencadenó una oleada de protestas y disturbios que se han saldado con alrededor de 185 muertos, según organizaciones de derechos humanos de Irán.
