Investigadores argentinos han realizado estudios que demostrarían que las mujeres vacunadas con Sinopharm, AstraZeneca y Sputnik V transmitirían la inmunidad contra el COVID-19 a sus hijos a través de la leche materna.
Los científicos de la Fundación del Instituto Leloir (FIL) dijeron que sus hallazgos eran la primera evidencia científica sobre la respuesta en las madres lactantes a este tipo de inmunizantes, lo cual es de importancia clave ya que no hay inoculantes disponibles para los bebés menores de 6 meses.
El trabajo evaluó los niveles de anticuerpos IgG e IgA anti-SARS-CoV-2 en muestras de suero y leche de 208 mujeres lactantes con o sin infección previa por SARS-CoV-2.
Diego Ojeda, uno de los científicos responsables de la investigación, dijo que ”hasta ahora sólo se había estudiado la transferencia de inmunidad pasiva en madres vacunadas con plataformas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) y no había evidencia científica que confirmara la transferencia de anticuerpos con plataformas de vectores virales o inactivados ampliamente utilizadas en Argentina, como las vacunas AstraZeneca, Sputnik V y Sinopharm. Esto fue lo que hicimos.
El estudio demostró que las vacunas disponibles en Argentina generan una respuesta inmune humoral que produce anticuerpos IgG e IgA, agregó Ojeda.
Otro hallazgo fue que la respuesta de anticuerpos IgA a las vacunas fue similar tanto en leche como en plasma, independientemente de la plataforma recibida, señaló también.
Los anticuerpos IgA que son secretados por las glándulas mamarias tienen la capacidad de neutralizar los patógenos a los que las madres lactantes han sido expuestas o inmunizadas a través de las vacunas. Nuestro estudio consistió en detectar y cuantificar estos anticuerpos IgA específicos del SARS-COV-2 en la leche materna”, explicó Ojeda.
El estudio se llevó a cabo con la ayuda del Banco de Leche Humana del maternidad Ramón Sardá de Buenos Aires, que en febrero de 2021, cuando se incluyó a las madres lactantes en la campaña de vacunación contra el COVID-19, comenzó a inscribir a las voluntarias de su registro de donantes.
Algunas de las mujeres ya habían tenido la infección por SARS-CoV-2 y fueron agrupadas como convalecientes, mientras que las que no habían enfermado formaron parte del grupo de control.
Las madres que participaron en el estudio fueron instruidas sobre cómo recoger las muestras de leche en casa y luego las entregaron en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde también se les hicieron análisis de sangre.